Se acerca el transcendental partido que enfrenta al Celta de Vigo y al Standard de Lieja por un puesto en los dieciseisavos de final de la Europa League y el encuentro será prácticamente un todo/nada: quien se lleve el gato al agua conseguirá la clasificación mientras que el derrotado dirá adiós a Europa esta temporada. En el Celta se presupone que Eduardo Berizzo sacará su once de gala viendo la última alineación ante el Eibar y el aluvión de críticas que recibió el técnico argentino en el posiblemente uno de los partidos más importantes que vivirá el "Toto" en el banquillo celeste. Por parte de los belgas, Jankovic también pone las mejores cartas sobre la mesa, a excepción del lesionado Dossevi, goleador en el partido de ida por parte del Standard.

El que sí estará y es el peligro de este Standard de Lieja es Orlando Sá, no por el gran jugador que es pues no llegó a triunfar en ningún equipo de los muchos que ha recorrido este jugador a sus 28 años, sino por el gran estado de forma que atraviesa.  Canterano del Braga, llegó a llamar a la puerta de la selección portuguesa y debutar en 2009 aun siendo jugador de los Guerreiros Do Minho, pero  tras un fichaje estrella por el Oporto, en un equipo luso de categoría no cumplió las expectativas sobre él y acabó siendo desechado. Tras jugar en O Dragao, Orlando Sá no encontró continuidad en ningún club, pasando por las filas de Fulham, AEL Limassol, Legia Varsovia, Reading, Maccabi Tel Aviv y recalando este año en el Standard de Lieja.

Lo peligroso de este jugador, por tanto, no es su trayectoria sino en qué momento visita Balaídos. Con siete goles en diez partidos en la Pro League, el delantero portugués está en muy buena racha y un gol del Standard complicaría la victoria al Celta. Todo lo que toca va a portería y además posee un gran remate de cabeza, algo que hace daño al conjunto celeste. Sin ser un jugador rápido ni talentoso, todo lo que pueda tocar en el área pequeña puede ser gol, y está en un momento de forma que todo le entra a portería, además de saber colocarse en la zona de peligro. Un delantero que vive del gol y ahora, más que nunca, está saboreando su gran forma.