Los rifirrafes entre el presidente del Celta, Carlos Mouriño, y el alcalde de Vigo, Abel Caballero, parece que no han hecho nada más que empezar. Si hace unos meses Mouriño daba un ultimátum al alcalde para que éste le vendiera el estadio de Balaídos, esta mañana ha dado a conocer otra posibilidad, hacer un nuevo estadio pero fuera de la ciudad, en un ayuntamiento limítrofe, como puede ser el de Mos, Porriño o Nigrán, que sí le dé los permisos necesarios para su construcción.

La idea del presidente de querer hacerse con el estadio no es nueva, forma parte del plan que tiene el presidente de aumentar el patrimonio del club. Tener un estadio a su disposición es fundamental, y Balaídos, dice no lo está: “Jugamos en el estadio, pero no disponemos de él; todo lo que queremos hacer en Balaídos, se niega por parte del Ayuntamiento de forma sistemática”. Mouriño ve en el estadio como un lugar en el que se pueden realizar más cosas que jugar al fútbol, lo ve también como un área comercial, por eso pide su compra. De no concedérsela el Ayuntamiento, el club se construirá el suyo propio.

El presidente quiso aprovechar la ocasión para aclarar que el club no está vendido, ni se ha llegado a ningún acuerdo. Sí ha reconocido que “ha llegado una oferta de compra” que “ha depositado un aval mayor del exigido”. Una oferta que no descarta aceptar, ya que ante las negativas del Ayuntamiento a sus propuestas de la construcción de una ciudad deportiva y de la compra del estadio de Balaídos, ni él ni su familia estarían dispuestos a seguir apostando por el club.

Ante las declaraciones de Mouriño, el alcalde de Vigo ha querido recordar en los micrófonos de Radio Vigo que “el Celta usa Balaídos libremente y sin coste desde hace décadas y así seguirá”.