Con la vuelta de los cuartos de final de Copa del Rey a la vuelta de la esquina, los dos equipos salieron al césped con novedades en sus onces, sobre todo por parte del Celta. Berizzo sacó en Anoeta un equipo titular muy cargado de jugadores suplentes, pensando claramente en el partido del miércoles ante el Real Madrid, como ya había anunciado en la rueda de prensa previa al encuentro. Sin jugadores clave del equipo como Iago Aspas, Daniel Wass o Radoja, el Celta salió algo dormido al partido. Lo aprovechó la Real Sociedad, que en los primeros instantes del encuentro ya avisó de que no se iba a confiar del once tan novedoso del Celta. Hasta tres ocasiones tuvieron los donostiarras para adelantarse en el marcador en los primeros compases del encuentro.

Sin embargo, con el paso de los minutos y tras un par de órdenes desde la banda de Eduardo Berizzo, los gallegos reordenaron sus filas, y poco a poco fueron equilibrando el encuentro. En esta tarea tuvo especial importancia el Tucu Hernández, uno de los pocos habituales en el once, quien aportó pausa al juego celtiña. En esta misión le acompañó el joven Pape Cheikh, titular, y que se mostró muy seguro y acertado en el pase y en tareas defensivas. Menos acertados estuvieron Josep Señé y el recién llegado Jozabed, que debutó sin mucha fortuna. Pese a equilibrarse el encuentro, el Celta no mostró muchas intenciones de querer adelantarse en el marcador, y apenas llegó a la portería custodiada por Jerónimo Rulli. Tan solo Pione Sisto desde la banda dio muestras de querer anotar el primer gol del encuentro. Precisamente de sus botas llegó la ocasión más clara de la primera parte, en la que recibió un balón al espacio de Giuseppe Rossi, que le dejó solo ante Rulli, quien despejó su disparo. Con esa ocasión como la más clara en la primera parte, los dos equipos se iban a los vestuarios, dejando todo por decidir en el segundo periodo.

La Real, a por todas

Debió Eusebio Sacristán dar una buena charla en el vestuario a sus jugadores, porque el equipo txuri urdin salió mostrando otra cara completamente distinta tras el descanso. Salieron a por todas los jugadores vascos, y se notó en el transcurso del encuentro. Una y otra vez llegaban con peligro a la portería de Sergio, que salvó al Celta de que le cayera alguno más. Con la entrada de Oyarzábal en lugar de Willian José, los donostiarras generaron mucho más peligro, haciendo presagiar que no tardaría en llegar el gol. Tras un par de ocasiones claras, la Real se adelantó a la salida de un córner. Gol merecido, tal y como se estaba desarrollando la segunda mitad, y nuevo tanto que recibe el Celta a balón parado, su gran tarea pendiente.

Juanmi cabecea el balón que supuso el único tanto del partido. / Foto: La Liga

Buen partido de Pione Sito y Pape Cheikh; menos acertados estuvieron Rossi, Señé y Jozabed

Tras el tanto txuri urdin despertó el Celta, quien ahora sí se fue directo a por el empate. Berizzo dio entrada a Radoja, Guidetti y Aspas para conseguir arañar un punto, pero fue demasiado tarde. Aún así tuvo el Celta una ocasión clara en las botas de Guidetti, que remató de espuela un centro de planas que por poco no se cuela en la meta de Ruli. Finalmente los puntos se quedaron en casa, dejando la sensación de que si el Celta hubiera ido a por el encuentro desde el principio, podría haber logrado algo más.

Pese al resultado, cabe destacar que el plan “B” de Berizzo funcionó por momentos, y jugadores como Pape o Pione Sisto dejaron muy buena imagen sobre el terreno de juego. Para haber salido con tantos jugadores poco habituales de inicio, el Celta  no cuajó un mal partido, tan solo le faltó la ambición de otros encuentros.