El Celta llegaba al Molinón eufórico tras haber eliminado al Shakhtar Donetsk de la Europa League con la consiguiente clasificación para los octavos de final. Un partido que desgastó mucho a los jugadores, por lo que Berizzo ya avisó de que iba a haber muchas rotaciones. Por su parte el Sporting llegaba en un momento al alza, pese a haber caído contra el Atlético. Un Sporting mejorado que sabía que de ganar, empataría al Deportivo a puntos, marcando la zona del descenso.

El fondo de armario del Celta recibió una nueva oportunidad para seguir enganchado a la zona de Europa en la clasificación ante un Sporting necesitado de puntos para salir del pozo. Jugadores como Señé, Planas o Rossi tenían ante sí el momento de reivindicarse, mientras Bongonda y Jozabed podrían consolidar su candidatura al once inicial. Pero no fue hasta que salieron los de siempre cuando el Celta recuperó algo de esencia para anotar y sacar un punto. Sin frescura y con falta del estilo habitual, los vigueses tuvieron que esperar al Tucu en el centro del campo y sobre todo a Iago Aspas para encontrar el gol de falta, después de que el Sporting se quedase con un jugador menos.

El Celta salió dormido a un Molinón que apretaba con un Sporting enchufado ante su gente. La defensa muy blandita, concedió muchas oportunidades a los rojiblancos, muy activos, sobre todo por banda con un Burgui en plan estelar muy desequilibrante. Rubén, con otra gran actuación, se encargó de mantener al Celta vivo en una primera mitad en la que apenas creó peligro a Cuellar. Tan solo Roncaglia, con varias diagonales que terminaron con disparos desde la frontal intimidaron un poco la portería sportinguista. El trío atacante del Celta formado por Rossi, Bongonda y Señé no acabó de demostrar que pueden ser de garantías para este tipo de encuentros y perdieron una nueva oportunidad de destacar. En un Celta caótico e incapacitado para hacerse con el control del balón, Jozabed puso la calidad y la pausa para que el inicio claramente dominado por los locales, diera paso a unos minutos con mayor dominio del Celta. Pero el control del juego no se consolidó con ocasiones. Los de Berizzo seguían faltos de ideas en ataque, y el Sporting a punto estuvo de aprovechar alguna contra.

En la segunda mitad el Sporting volvió a la carga. Nada más empezar Carmona forzó una falta dentro del área de Carles Planas. Penalti claro y gol de Moi Gómez desde los once metros. Los gijoneses olieron la sangre y se lanzaron al ataque. No se quedó ahí el Sporting, que a punto estuvo de marcar el segundo. Burgui, Moi Gómez y Lacina Traoré hilaron un gran jugada, pero ahí estuvieron Rubén Blanco y el palo para evitarlo.

Aspas, salvador

Berizzo era consciente de que el Celta necesitaba un revulsivo si quería darle la vuelta al partido y decidió mover ficha. Y quién mejor que el bueno de Iago Aspas para revolucionar un partido. Su sola presencia en el campo cambió la cara al equipo, que se vino arriba. El de Moaña en modo líder del equipo se puso a dar órdenes desde el tapete y las ocasiones empezaron a llegar.  El Celta fue comiéndole terreno poco a poco a los rojiblancos hasta que en el minuto 74, tras una rápida combinación de los vigueses en el balcón del área visitante, Jorge Meré derribó a Bongonda cuando encaraba libre de marca la portería. Roja directa para el central del Sporting y gol de Iago Aspas de libre directo.

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El delantero del Celta demostró una confianza ciega en sí mismo para ejecutar la falta de la manera que nadie se esperaba. Intuyó el salto de los hombres de la barrera y coló el balón raso por debajo. Su disparo entró pegado al palo ante la incredulidad de El Molinón.

Con el Tucu en el campo y con la buena noticia de la vuelta de  Claudio Beauvue a los terrenos de juego, el Celta tenía el choque de cara para llevarse los tres puntos de Gijón. El conjunto asturiano optó por encajonarse en el área en los últimos minutos, dando por bueno el punto. Lo intentaron los de Berizzo hasta el final, pero no hubo manera. Tablas en el marcador y ya pensando en el partido contra el Espanyol, en el que no estará Roncaglia, que vio la quinta amarilla.