Como después de cada partido, Juan Carlos Unzué, entrenador del Celta de Vigo compareció ante los medios de comunicación en rueda de prensa. Jornada atípica para el conjunto vigués que disputó el partido frente al Atlético de Madrid con un estadio semivacío. Las razones esta vez fueron diferentes. Por medidas de seguridad el ayuntamiento decidió que debido a las obras de remodelación de la grada de río (alto y bajo) esta grada permanecería vacía para salvaguardar la seguridad de todos los asistentes. El ‘míster’ lamentó la falta de personas en las gradas porque hubiese servido para dar un último aliento a sus jugadores.

Durante la comparecencia el técnico declaró: “Es el día que más orgulloso me siento de mis jugadores” afirmando que el resultado fue injusto para su plantilla. La idea era ensanchar el campo con Emre Mor y Pione Sisto por bandas para que tanto Jonh Guidetti, como Maxi Gómez o Iago Aspas pudiesen rematar a placer. Las ocasiones del conjunto vigués fueron numerosas pero falló la pizca de magia que el equipo había tenido en los últimos partidos. Según Unzué el equipo gozó de ocasiones de empatar el partido e incluso de ganarlo pero la suerte no estuvo del lado de los vigueses.

Según declaro el entrenador el planteamiento por parte del Atlético de Madrid no fue una sorpresa, sino que era el esperado. "Se encontraron con un partido que saben manejar muy bien”. El conjunto madrileño fue fiel a su filosofía y el 0-1 le sirvió para sumar tres puntos en la clasificación y continuar la senda del actual líder, el F.C.Barcelona. No solo el entrenador no quiso reprochar nada a sus jugadores, sino que el propio Sergio Álvarez y Pablo Hernández aseguraron que el partido fue bien encaminado y el elogiaron a su rival defendiendo que son un gran equipo y que en una ocasión cierran el encuentro.