Llegó el momento de luchar por el bien común, de dejar los egos de lado, de entenderse para seguir creciendo juntos. El Celta precisa de la mejor versión de Aspas y de Maxi, al igual que ellos se necesitan, aunque no lo sepan. Porque por separado son muy buenos, de eso no cabe duda, pero es que juntos son mejores. El uno complementa al otro, pues aporta los pases, la visión, la asociación y la magia. Y el otro es el hombre gol, de los hacía años que no se veían por Balaídos.

Sin embargo, si todavía no hemos visto la mejor cara de Iago Aspas es por su posición en el once. Unzué se empeñó en colocarlo en la banda derecha, a pesar de que su posición natural, como todos sabemos, es el centro. Quizás no remate tantos balones aéreos como otros jugadores, ni se pelee tanto con los centrales rivales, pero está claro que en la punta del ataque se siente como pez en el agua. Haciendo un poco de memoria, el pasado 16 de octubre los celestes visitaron a Las Palmas. Ese encuentro no lo jugó Maxi Gómez, pues estaba sancionado. Su lugar fue ocupado por el de Moaña, que logró anotar su primer hat-trick con la elástica celtiña. Durante los noventa minutos pudimos ver a un Aspas liberado, que reivindicó lo que muchos aficionados vienen pidiendo: o un cambio de esquema o la suplencia de Maxi.

Cambio de esquema

A pesar de que el 4-3-3 lleva ligado al Celta desde la llegada de Luis Enrique, en ocasiones salirse de lo convencional es sinónimo de progresar. No suena nada descabellado proponer otro esquema, como por ejemplo el 4-4-2. Aspas y Maxi serían los hombres más adelantados, con una línea de cuatro en el medio del campo que obligaría a Sisto a retrasar su posición. Por su parte, Wass pasaría a la banda derecha, donde no se desenvuelve nada mal. Pesa a todo, parece bastante improbable que Unzué decida cambiar de idea. Otra opción, que no supondría ninguna modificación de las posiciones, sería la de llevar a Aspas a la media punta. Detrás del nueve puro, realizando labores de creación y siendo esencial en el último pase. El gran damnificado sería uno de los tres centro campistas, en favor de Emre Mor, que ocuparía el lugar de Iago en la banda derecha. Por alternativas no es, pero el técnico del club vigués es de ideas firmes y prefiere no alterar lo heredado de Berizzo.

Suplencia de Maxi

Mantener el sistema actual y poner a otro delantero en el lugar del charrúa implicaría la suplencia de este. Aunque seis goles en nueve partidos le dan mucho crédito a Maxi, que se ha convertido en una de las grandes revelaciones del arranque liguero. Sin embargo, prácticamente nadie es indiscutible en este Celta, por lo que incluso Guidetti podría recuperar su importante papel dentro del equipo. El sueco es más participativo y, dicho sea también, cuenta con el cariño del celtismo, que en ocasiones valora más el carisma que el juego. Todas las opiniones son respetables, pero al César lo que es del César, y lo deportivo tiene que priorizarse sobre lo extradeportivo

Pero también cabe la posibilidad de que todo siga igual. En ese caso, hay pequeños detalles que pulir. Para recuperar la versión colectiva de antaño es necesario que Iago juegue más por dentro, ciñiéndose menos al lateral del campo. También es importante que Maxi salga de su hábitat natural, el área, para que combine con sus compañeros y habilite la entrada de estos por el centro. 

Las opciones son varias, y Juan Carlos Unzué las conoce todas. En su mano tiene la llave para descifrar el enigma y recuperar el 'fútbol de salón' del Celta. La plantilla es mejor incluso que la del año pasado, por lo que estos pequeños desencajes no deben de ser una excusa para un entrenador que cada vez está más cuestionado. Si sigue siendo fiel a sus principios debe de encontrar la solución a la incompatibilidad de Maxi y Aspas. Poner un poco de química entre los dos beneficiará a todos.