Nemanja Radoja tan solo ha disputado un total de 225 minutos desde que la campaña dio comienzo. El mediocentro defensivo del Celta se encuentra en una situación extraña en Vigo, donde ha sido relegado al banquillo celeste gracias a la irrupción de Stanislav Lobotka.

El serbio empezó la campaña siendo un fijo para Juan Carlos Unzué. Sin embargo, esta indiscutible titularidad duró apenas dos partidos. Radoja cayó lesionado en una de sus rodillas y perdió el puesto en favor del eslovaco, uno de los fichajes en los que se habían puesto muchas esperanzas. 

Esta circunstancia coincidió con el bajo estado de forma en el que se encontraba el Celta. El equipo había perdido los dos primeros partidos de Liga y, al ser el comienzo de un nuevo proyecto al frente del banquillo, había dudas. Fue entonces cuando entró Lobotka en las alineaciones de Unzué. El Celta venció al Alavés y el nuevo fichaje ya no se movió del once.

Con Radoja lesionado, el Celta había empezado a mejorar, por lo que se antojaba complicado que el centro del campo volviera a cambiar si se mantenían los resultados. El caso del serbio es extraño, ya que, a su temprana edad, es uno de los jugadores más cotizados del club -o al menos lo era la temporada pasada-. Es por eso que no era de extrañar el interés de algún equipo como el Atlético de Madrid, que buscaba un futbolista de sus condiciones.

A día de hoy, Radoja solo piensa en empezar a contar más para su entrenador. De momento no se mete en problemas en cuanto a los minutos con los que está contando, sino que responde en el terreno de juego. Podría volver a ser titular ante el Barcelona este fin de semana, aunque, por el momento, Lobotka sigue estando por delante.

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