El #ONosoDerbi de la segunda vuelta de la pasada temporada es uno de los más igualados que se recuerdan. El choque se decidió gracias a un tanto de Iago Aspas a pase de Claudio Beauvue. El delantero gallego se señalaba el escudo de manera desafiante hacia la grada en una imagen que seguro quedará registrada en la galería de los derbis entre Celta y Dépor. 

Riazor acogía la jornada 28 en un choque en el que se enfrentaban Deportivo de la Coruña y Celta de Vigo con objetivos completamente diferentes. El estadio presentaba un lleno casi absoluto (30.810 espectadores) para recibir a un Celta que venía inmerso en la lucha por los puestos europeos. Los locales, por su parte, llegaban con nueve puntos de ventaja sobre la zona de descenso marcada por el Sporting, pero esta se recortó a tres tras confirmarse la derrota.

El Dépor formó con Germán Lux, Juanfran, Albentosa, Arribas, Luisinho, Mosquera, Bergantiños, Celso Borges, Bruno Gama, Fajr y Florin Andone. Sin novedades en el cuadro de Pepe Mel, que no pudo contar con Sidnei en el eje de la zaga. Por su parte, Berizzo alineó a Sergio Álvarez, Hugo Mallo, Cabral, Roncaglia, Jonny, Radoja, Wass, Hernández, Bongonda, Aspas y Guidetti. Tampoco experimentó el argentino, que lució sus mejores galas para un encuentro de esta categoría.

Fue un derbi en el que apenas hubo vocación ofensiva. Ambos cuadros salieron con mucho respeto a su rival, como suele ocurrir en esta clase de partidos, pero al final acabó decidiendo el de siempre. Con el partido atascado, el delantero de Moaña marcaba el único gol del partido para estrenarse como anotador en Coruña. El gol se producía tras un gran pase de Claudio Beauvue, que había entrado nada más empezar el partido por culpa de la lesión de John Guidetti.

Se impuso finalmente la pegada de los de Eduardo Berizzo ante un Deportivo que no supo aprovechar las pocas ocasiones que dispuso durante el partido. Especialmente clara fue la oportunidad que tuvo Celso Borges tras un garrafal error de Facundo Roncaglia en la salida del balón. Sergio Álvarez se hizo inmenso ante el costarricense y consiguió evitar que el esférico entrara en la meta celtiña y así mantener vivo a su equipo en el partido.