Otro año más que llega a su fin. Sin embargo, este ha sido un año especial. 365 días de ilusión y sueños. El retorno a Europa. Lo que pudo ser y no fue. El 2017 estará por siempre en la memoria de los celtistas. La afición se queda con los buenos recuerdos y los grandes momentos, pero también con la tristeza de Mendizorroza. Una temporada más, las semifinales fueron el tope de un equipo que lo dio todo, pero que sucumbió ante la presión vasca. Y es que la Copa del Rey ilusiona, y mucho, a toda la familia del Celta.

Tampoco hay que olvidarse de lo sucedido en Old Trafford. ¿Y si Beauvue hubiese tirado? En ese momento todo aficionado se despertó del mágico sueño que estaba viviendo. Iago Aspas reflejó, con sus lágrimas, la frustración de una afición que nunca había estado tan orgullosa de sus jugadores. Ni de su entrenador. Porque el artífice de todo esto no fue otro que Eduardo Berizzo. El hombre que hizo creer. La persona que dio tanto a muchos, y a la que unos pocos se lo quitaron todo. Por encima de todo, este fue tu año, 'Toto'.

Así pues, cabe ceñirse a los estrictamente deportivo y analizar la defensa del Celta. El principal cambio, provocado por el cambio de entrenador, se ha producido en el marcaje. Con Berizzo, éste era individual y al hombre. Tras la llegada de Unzué, el marcaje ha pasado a ser zonal. Si bien los futbolistas son los mismos, el concepto del técnico cántabro todavía no ha sido del todo asimilado. Todo esto hace que el gran damnificado sea el equipo. A comienzos de año, el Celta recibía 1.81 goles por partido (un tanto cada 50 minutos). A medida que han avanzado los meses la cifra se ha ido reduciendo, hasta los 1.57 goles por encuentro. Por ello, poco a poco se ve la solución a un problema que ha estado siempre presente en Balaídos. Si bien, aún hay mucho margen de mejora. Sin más dilación, es hora de analizar uno por uno a los ocho hombres que han compuesto la defensa del Celta en este 2017.

Hugo Mallo, el que siempre cumple

Dueño y señor de la banda derecha, el capitán celeste es ya uno de los mejores laterales de España. A pesar de no ser convocado por el seleccionador español, Julen Lopetegui, el de Marín puede presumir de regularidad y de constancia, que le están sirviendo para llamar cada vez más fuerte a la puerta de la selección. A sus 26 años, está viviendo una magnífica etapa, jugando a un gran nivel. El futbolista es un seguro atrás, pero también destacan sus subidas en ataque, tan importantes en el fútbol moderno.

Álvaro Lemos, un lateral con alma de extremo

Aunque fue fichado con el fin de dar descanso a Hugo Mallo, lo cierto es que el coruñés no ha contado mucho para Berizzo. Así, las pocas veces que lo ha hecho ha sido en el interior derecho o como carrilero. Cabe destacar su gol frente al Leganés en el mes de enero, que dejó a más de uno con la boca abierta. En el mercado de verano salió cedido, con destino Lens, para tener la opción de disputar más minutos. Ahora suena como posible refuerzo invernal del Oviedo, algo que no ve con malos ojos ninguna de las partes.

Sergi Gómez, de menos a más

El catalán acabó la pasada temporada a la sombra de Roncaglia, Cabral y Fontás. Berizzo lo utilizó, pero en los partidos de rotación, en los que buscaba dar descanso a sus otros tres centrales. Sin embargo, su evolución ha sido extraordinaria. Desde la llegada de Unzué, el de Arenys de Mar se ha convertido en un titular indiscutible. La respuesta de Sergi ha estado a la altura pues, a parte de mostrar un buen nivel en lo defensivo, ha anotado ya dos goles en esta nueva campaña. 

Andreu Fontás, el eterno cuestionado

Criticado por la mayor parte de la afición, lo cierto es que Fontás hace oídos sordos a las críticas. Haciendo gala de su irregularidad, ha ido apareciendo y desapareciendo de las alineaciones conforme a su juego. Nadie discute que es el mejor central en cuanto a salida de balón, algo mamado de su etapa en el Barcelona. Más allá de esto, su contundencia y velocidad han brillado en muchas ocasiones por su ausencia. Con todo, este año lo han respetado las lesiones, y se ha podido ver el buen nivel del catalán en varios tramos del año.

Gustavo Cabral, capitán en la sombra

Conocido por su fuerte carácter y poderío, Cabral es uno de los ídolos de la afición celeste. En las buenas y en las malas, el zaguero argentino siempre responde con galones y seguridad. Si alguna pega se le puede poner a su juego es su lenta velocidad. Fue clave en Europa League, anotando aquel gol de cabeza ante el Shakhtar que llevó el partido a la prórroga. Con Unzué, ha disputado prácticamente todos los minutos y el próximo año espera cerrar la renovación de su contrato.

Facundo Roncaglia, el jugador comodín

Actuando como central y como lateral derecho, la solvencia defensiva de Roncaglia se ha notado desde su llegada. Sin embargo, muchos le achacan su pobre juego con los pies y su nula aportación ofensiva cuando ejerce en la banda. Por ello, a pesar de que los primeros meses gozó de muchos minutos, con Unzué no está jugando prácticamente nada. Tan solo ha intervenido en tres partidos en la nueva liga. Si bien es cierto que una lesión lo ha mantenido alejado de los terrenos de juego durante un mes, el argentino no está nada contento con su rol actual.

Carles Planas, a la sombra de Jonny

A pesar de que ya no se encuentra en la disciplina del club, pues está jugando en el Girona, cabe hacer mención de sus últimos días en el Celta. Las lesiones no han acompañado al catalán, quien ha visto como su protagonismo disminuía cual vela se consume. Siendo la tercera opción, por detrás de Jonny y Roncaglia, Berizzo no contó prácticamente con él. Por ello, este verano decidió poner fin a su etapa en el Celta.

Jonny, una de cal y otra de arena

Capaz de lo mejor y de lo peor, el canterano celeste tanto puede hacer un partido memorable como un encuentro para olvidar. Su irregularidad, acuciada por la falta de competencia, está acabando con la paciencia de los aficionados. Éstos defienden al lateral zurdo, pero no entienden su falta de intensidad y sus bloqueos en ciertos partidos. Si logra subsanar su gran carencia, sin duda volverá a sonar para la selección absoluta, como ya lo hiciera en mayo de 2016.

Como propósito de año nuevo, la defensa del Celta se ha marcado el objetivo de acabar con las críticas. Esto pasa por reducir la cifra de goles encajados y convertirse en una de las zagas más seguras de la liga. Se antoja cuanto menos complicado que se haga realidad, pero esta plantilla nunca dejará de creer. Recuerden: "Las cosas, para que sucedan, primero hay que soñarlas".