Maxi Gómez se ha convertido en la referencia ofensiva del RC Celta de Vigo esta temporada. Con sus trece goles en La Liga se ha colocado como cuarto máximo anotador del torneo. Una primera temporada en la que no se está notando el cambio de competición ni el nivel de exigencia que tiene una liga como la española.

Con la desafortunada lesión de Guidetti en el último partido de la pretemporada, frente a la Roma, el camino del atacante uruguayo se despejaba. Tras un duro mes antes de comenzar la liga, en donde se machacó para coger ritmo, llegó el momento del joven delantero. Una oportunidad que no ha desperdiciado.

Junto con Iago Aspas, se ha convertido en un delantero matador, con un grandísimo porcentaje de acierto. Son la segunda dupla de delanteros más anotadora, con veintiocho goles, por delante de jugadores como Cristiano Ronaldo y Bale, o la formada por Griezmann y Diego Costa.

Cifras que resaltan más al ver su porcentaje de goles marcados con la testa. De cabeza, el de Paysandú, ha anotado siete goles, más de la mitad de los conseguidos esta temporada. Un cifra que le coloca como máximo cabeceador a nivel continental, por delante de Stuani y Morata, ambos con seis goles de cabeza cada uno.  

Capaz de llegar a cualquier balón que pongan desde los laterales, el artillero se ha destapado como un rematador de apetito voraz. Luchando cada balón aéreo e incordiando a los defensas, es un nuevo registro, un nuevo recurso para el Celta en partidos, como el del Alavés, que se atasquen por el entramado defensivo que plantea su rival.  

Es en este tipo de jugadas donde mejor sabe aprovechar su corpulencia y su físico. No se esconde, forcejeando con sus marcas, lo que a veces le provoca cometer algún error y llevarse una amarilla. No rehuye ningún tipo de contacto, algo que con los partidos y ganando veteranía y experiencia, mejorará y hará de él un delantero total