La defensa celeste no atraviesa su mejor momento de forma. En los últimos tres partidos ha encajado siete goles, recogiendo el balón de su portería en 37 ocasiones en las 24 jornadas que van de la presente Liga. Este bajo nivel de forma se pudo ver frente al Getafe, en el último encuentro disputado por los gallegos. Como apuntó Unzué en la rueda de prensa posterior al partido, los errores y desajustes defensivos le costaron al Celta tres goles que bien se podían haber evitado. Sin embargo, a esta mala racha en la zaga se le suma otra mala noticia, y esta es la lesión de Fontás.

El central catalán se retiró ayer del entrenamiento con lo que aparentaba a ser una lesión muscular en su pierna izquierda, y así lo confirmó la ecografía que se le ha realizado. La dolencia concreta es una rotura fibrilar de grado II en el plantar delgado de su pierna izquierda, lo que se resume en estar entre dos y tres semanas alejado de los terrenos de juego por ello.

Pese a todo, Fontás no estaba teniendo mucha participación en el nuevo Celta de Unzué. Tanto es así, que este año 2018 aún no sabe qué es pisar el verde un día de partido. El central comenzó la temporada jugando, pero desde el 9 de diciembre, en un partido frente al Valencia, no ha vuelto a jugar, acumulando cinco partidos en el banquillo y cuatro en la grada, siendo los dos últimos de manera consecutiva, perdiendo el puesto contra los ahora titularísimos Sergi Gómez y Roncaglia, pese a no estar haciendo las cosas del todo bien.

El Celta continúa, pues, con las 'defensas bajas' en la línea de atrás. La zaga titular no está cumpliendo como debería, y en el banquillo ya solo quedan Cabral y Mazan, como jugadores del primer equipo que apuntan a poder ser titulares. Este último no convenció en exceso en el día de su debut, y parece que de momento el técnico navarro no moverá esa línea de cuatro que, por ahora, no cuaja en el campo.