El Córdoba CF y el Numancia se repartieron los puntos en lo que podríamos definir como uno de los peores encuentros vividos esta temporada en el estadio cordobesista. El equipo visitante tuvo más control del balón en un partido en el que ninguno de los dos supo inquietar la portería rival ya que no gozaron de ninguna ocasión de peligro.

El equipo blanquiverde buscaba su segunda victoria consecutiva en casa, algo que se vislumbra bastante imposible últimamente, y alejarse más aún de los puestos de descenso que tanto le acechan y que ahora tienen a tan sólo 2 puntos. El equipo rojillo llegaba al estadio del Nuevo Arcángel con la clara intención de romper la racha de 4 partidos sin ganar y escalar puestos en una tabla que se les está poniendo cuesta arriba. Ambos afrontaban el choque con cambios en sus alineaciones ya fuese por bajas o por sanciones. El equipo local saltaba al verde con las novedades de Antoñito, Rodas (que jugó con una máscara protectora) y Piovaccari que acompañaba a Rodri en la delantera. Por su parte, los de Soria saltaron sin delantero debido a la ausencia de Manu del Moral por lesión.

Claro dominio visitante

Desde los momentos iniciales del partido, fue el conjunto de Arrasate el que se hizo con el balón obligando a los de Carrión a salir a la contra. Fue precisamente en una contra en el 4’, cuando el Córdoba disfrutó de lo que parecía ser una ocasión clara de gol al quedar el guardameta del Numancia, Aitor Fernández, tendido en el suelo tras un encontronazo con el delantero cordobesista, Piovaccari. Sin embargo, nadie supo aprovechar esta ventaja.

A partir de ese momento, pocas o ningunas fueron las oportunidades que ambos equipo tuvieron de cara a las porterías rivales. Los numantinos se hicieron con el esférico ya que su fuerte mediocampo compuesto por seis jugadores, hizo al Córdoba incapaz de recuperar el balón. Jugadas aisladas de Javi Lara por la medular y las internadas por las bandas de Bíttolo y Antoñito siempre en busca del remate de Piovaccari o Rodri, no obtuvieron los frutos deseados.

Destacable sería quizás un remate a portería del delantero cordobesista, Rodri, en el min 30, que acabó en el fondo de la red, pero cuya jugada estaba anulada por fuera de juego. Así, sin nada más que ofrecer por ambas partes, se llegó al descanso con claras muestras de descontento por parte de la grada que pitaba a su equipo y vitoreaba el nombre de Sasa Markovic para que éste saliera al terreno de juego.

Cambio de fichas y reflejos de mal juego sobre el verde

A la segunda parte se llegaba con la polémica creada durante el descanso con un bombo como protagonista. EL BOMBO del que se vale uno de los sectores de animación del estadio, les fue confiscado debido a que el reflejo del mismo, molestaba al palco que ocupa la directiva del Córdoba CF. Dicha confiscación del instrumento provocó que ese sector abandonara el estadio tras el minuto 54. Minuto en el que se realiza ya de forma habitual la protesta (pañolada) en contra de la gestión del club cordobesista. Eso fue quizás lo más destacable de una segunda mitad que, futbolísticamente hablando, no ofreció nada.

El tan solicitado Markovic hizo su entrada al campo al comienzo del segundo acto en detrimento de Piovaccari que fue el sustituido. Así Carrión buscaba darle más contundencia al centro del campo tan dominado hasta entonces por el equipo rojillo. Las llegadas de los blanquiverdes al área rival fueron apareciendo con varios disparos de Alfaro tras una jugada de Bíttolo en el 51’ y otro de Antoñito en el 60’, que no inquietaron sin embargo,  al portero numantino. Arrasate por su parte buscó el cambio revulsivo con doble sustitución en el 64’, dando entrada a Kike Sola y Valcarce por Nacho y Julio Álvarez (viendo la amarilla este último, por pérdida de tiempo). También en apenas 10 minutos, Luis Carrión realizó dos cambios para buscar las llegadas por las bandas ya que el centro del campo se le hacía infranqueable. Alfaro y Antoñito dejaron sus posiciones a Bergdich y Sebas ( que debutaba en el primer equipo).

Ni los cambios por una parte ni por la otra, hicieron cambiar el juego que se veía sobre el estadio de la ciudad califal. Escasos remates a portería, balones mal despejados cedidos a córner que pasaban sin pena ni gloria. Tímidos remates que no inquietaban ni al polaco Kieszek ni a Aitor Fernández  inéditos en todo el encuentro. Errores en la defensa y en las líneas de medios que ni unos ni otros supieron aprovechar. Sólo en el minuto 80 llegaba el primer disparo entre los tres palos desde fuera del área del 9 del Córdoba, Rodri, que apenas inquietó al portero visitante. Se llegaba al final con una falta muy peligrosa al borde del área del Numancia que lanzó Javi Lara directamente a puerta y que salió alto. Ahí moría un partido poco vistoso, sin juego ni emoción y con un solo remate a puerta entre los 3 palos en los 90 minutos de encuentro.