El equipo herculino volvía a encomendarse a Riazor y a su hinchada para aumentar su racha de dos victorias consecutivas ante rivales directos como Celta de Vigo y Mallorca. Fernando Vázquez confió de nuevo en los mismos once hombres que recondujeron al equipo al sendero adecuado. 

El ejército dispuesto por el de Castrofeito en el terreno de juego, consciente de la importancia de este enfrentamiento, salió con el cuchillo entre los dientes alentado por la incansable afición blanquiazul que se aferra más que nunca al espíritu del “si se puede”. Los primeros golpes del encuentro los asestaría el equipo local que pudo adelantarse mediante Riki antes de que se superasen los diez primeros minutos de partido. El Deportivo se sentía cómodo en el césped llevando el peso del encuentro, Valerón libre de marcaje recibía a placer, sin cuajar uno de sus mejores partidos, el canario guiaba las principales acciones de ataque deportivista, asistido por Juan Domínguez y Pizzi. Bruno Gama se reconciliaría con el gol tras una jugada hilada en el área entre Juan Domínguez, Riki y Valerón.El luso bate a Roberto con la diestra inteligentemente tras sentar a la defensa zaragocista, convirtiendo Riazor en un auténtico hervidero.

Los maños se repondrían desde el punto de penalti. Aythami evita el disparo de Postiga despejando el esférico con el brazo de forma clamorosa. El Deportivo no renunciaba a su estilo, a pesar de la presión a la que se veía sometido por los jugadores maños, y seguía llevando peligro al área defendida por Roberto. Sin embargo, un error de Manuel Pablo habilita el contragolpe del Zaragoza que Montañés culmina ante el cancerbero riojano, Dani Aranzubía. 

El Zaragoza se ponía por encima con mucho acierto y poco fútbol. En los últimos compases de la primera mitad Marchena volvía a meter al Deportivo en el encuentro. El equipo blanquiazul mostró su mejor cara en el primer tiempo, con las líneas adelantadas  consiguió ahogar cualquier posible ataque del Zaragoza, que únicamente reaccionó ante el colista valiéndose de una contra y de un penalti. 

La reanudación mostró a un equipo maño combativo, con más presencia en el césped de Riazor. No obstante, la justicia futbolística se alió con el equipo local, al que tantas tardes le ha robado la alegría. Abraham en propia puerta pondría el tres a dos definitivo en el marcador, en una jugada polémica y protestada por los jugadores del conjunto zaragocista que reclaman falta. Si bien el primer gol del equipo maño fue a balón parado, los pupilos de Jiménez no tendrían fortuna en los cuarenta y cinco minutos restantes. El Deportivo se valió de una línea defensiva solvente para mantener la ventaja en el luminoso, cediendo la iniciativa a un equipo sin muchos recursos en su vanguardia. Con la expulsión de Abraham, el lateral rubrica una mala actuación, y deja a su equipo desquiciado buscando puerta incesantemente. Los blanquiazules aprovechaban los errores de los visitantes para rebasar la línea de mediocampo y buscando a Pizzi o Salomao para sentenciar el partido. 

El Deportivo aumenta su racha de victorias ante rivales directos, tres de tres. Nueve puntos que dejan a los de Vázquez rozando el milagro, a un punto de la ansiada salvación. Cuando parecía todo perdido,  el colista sale de su tumba, y más vivo que nunca quiere demostrar que ha vuelto para quedarse.