El Deportivo llegaba a Barcelona con la premisa de igualar el éxito conseguido en los dos años anteriores: puntuar. Pero no pudo ser. Los blanquiazules realizaron un gran encuentro, pero que solamente duró hasta el primer tanto local. A partir de ahí, el Barcelona fue el dominador claro del partido mientras que el Deportivo sufría varios contratiempos que impedían que se viese cualquier atisbo de remontada.

Nula capacidad de reacción

El Deportivo planteó un sistema de presión a la salida de balón de los blaugranas, lo cual dio sus frutos en forma de robos cerca del área rival. Sin embargo, esta opción en ataque prácticamente desapareció con el primer gol de Rafinha, noqueando a los blanquiazules, algo que ya se ha visto en anteriores encuentros de los de Gaizka Garitano. Con el uno a cero en contra, el Deportivo no consiguió mantener su ritmo en el partido y  mucho menos mejorar.

En ataque perdió presencia, destacando mínimamente la labor de Andone, totalmente solo, peleado con la zaga catalana. En defensa se descompuso el Dépor. Errores impropios en jugadores veteranos como Fernando Navarro, la lesión de Sidnei o la expulsión de Laure fueron mermando al equipo en posiciones defensivas, facilitando las ocasiones de gol de los locales.

Menos luz que en anteriores citas

La idea planteada por el técnico deportivista se diluyó tras los primeros goles de Barcelona. Aún así, el cuadro coruñés no pudo desplegar el juego de las últimas jornadas principalmente por la inoperancia de Emre Çolak en el Camp Nou.

Emre controla un balón ante Busquets | Foto: LaLiga.es
Emre Çolak controla un balón ante Busquets | Foto: LaLiga.es

El turco no fue el de anteriores partidos. El pasado sábado no encontró su sitio sobre el verde, no conseguía conectar con sus compañeros ni incomodaba a la defensa azulgrana. Solamente se le podían salvar varios detalles de su indudable calidad. Todo esto motivó que fuera relevado por Ryan Babel poco después de la vuelta del túnel de vestuarios.

La entrada del holandés no arregló el problema. El Dépor no conseguía combinar en ataque y completó un choque sin llegar a gozar de ninguna ocasión clara de gol. Un dato muy preocupante si se miran las anteriores salidas del equipo herculino, sin todavía haber visto puerta.

Olvidar cuanto antes la derrota

Si algo han coincidido jugadores y entrenador tras la goleada encajada en Cataluña es que hay que pasar página cuanto antes. Poco se puede sacar en clave de este partido en el que el Deportivo se enfrentaba a un rival superior aunque no imposible de batir. Ahora, las miradas de todos están puestas en el domingo a las 12 de la mañana, hora en la que dará comienzo el derbi gallego.

Tanto olívicos como coruñeses llegan tras encajar una dolorosa goleada fuera de casa, por lo que se disputarán algo más que tres puntos en Balaídos. Además de la rivalidad existente entre ambos conjuntos, sumar una nueva derrota para ambos implicaría entrar en una mala dinámica de resultados, por lo que una victoria en esta próxima jornada supondría una inyección de moral de cara a los próximos compromisos ligueros.