El descenso de 2011 está marcado a fuego, no sólo en la retina de todos los aficionados del Deportivo de La Coruña, sino también en las de todos los aficionados del fútbol español en general. Tocaba levantarse de un golpe muy duro y tocaba acertar con entrenador y fichajes, con sólo una bala en la recámara.

Como en todos los descensos, hubo desbandada, pero Augusto César Lendoiro, en una suerte de “all-in”, apostó por mantener una columna vertebral que, en su mayoría, poseía un nivel superior a la Segunda División (Aranzubia, Colotto, Guardado, Valerón, Riki...) y darle el mando de la nave a un José Luís Oltra que ya tenía un ascenso en su haber en la temporada 2008/2009 dirigiendo al Tenerife. Una de las zonas a reforzar ese verano eran los extremos de ambas bandas, y para ocupar esa parcela llegó un semidesconocido portugués, procedente del Río Ave y con la etiqueta de “chico Mendes”, lo cual, en los últimos tiempos, no hace más que generar dudas y escepticismo: ¿vendría a sumar o se trataría de otro jugador “del feirón”?.

Ascendiendo desde la banda

Bruno Gama, a punto de recalar en Zaragoza ese mismo verano antes de su llegada a Riazor, fue presentado el 27 de Julio de 2011, firmando una vinculación por cuatro temporadas. Los inicios en Segunda no fueron fáciles. Lesionado muscularmente en el Teresa Herrera ante el Sevilla tras haber aportado una asistencia; tocaba volver a la casilla inicial y trabajar en la recuperación. Mientras, el Deportivo, con la clara vitola de favorito al ascenso, iniciaba titubeante e irregular la que a la postre sería una temporada histórica.

Tras su estreno en el once inicial, se hace con el puesto y se convierte en un fijo

Bruno entra en los minutos finales de los partidos contra el Murcia fuera de casa (0-0), en el derbi contra el Celta del recordado gol de Lassad en Riazor (2-1) y está a punto de cambiar el devenir de un partido que finaliza en derrota en el Martínez Valero contra el Elche (3-2) tras salir en el descanso. Se estrena en el once inicial en el partido siguiente (3-1 en casa contra el Almería) y a partir de ahí no deja escapar el tren de la titularidad, convirtiéndose en pieza indispensable e ídolo de un equipo que todavía hoy ostenta el récord de puntuación en una temporada en Segunda: 91 puntos en las 42 jornadas disputadas.

Finaliza la temporada del ascenso con 29 partidos en su haber y aportando la nada desdeñable cifra de 7 goles. Principalmente partiendo desde la banda derecha, pero también en ciertos compases de los partidos situándose en la izquierda, el portugués aportó verticalidad y desborde; siendo uno de los favoritos de la grada.

Importante en Segunda y en Primera

Su desempeño quizás no es tan vistoso como el de su compañero portugués en la izquierda, pero a diferencia de Salomão, encontró una línea de regularidad en su juego que no hizo más que confirmar en su debut en Primera División. Es la 2012-2013 una temporada complicada, en la que hasta 3 entrenadores diferentes tuvieron que hacerse cargo del banquillo blanquiazul, y los inicios, tanto a nivel colectivo como individual, volvieron a no ser fáciles.

Disputa los 38 partidos de la temporada 2012-2013 como titular, anotando 6 goles

Pronto el Deportivo se instaura en el vagón de cola y en las primeras jornadas al extremo portugués parece todavía en proceso de adaptación a la categoría. Pero Bruno da un paso adelante y es capaz de ganarse la confianza de José Luis Oltra, Domingos Paciencia y Fernando Vázquez, como demuestra el hecho de haber sido el único jugador de toda la plantilla herculina en disfrutar los 38 partidos de Liga como titular; con 6 goles en su haber. Especialmente en forma y con el disparo afinado llegó el portugués a la recta final de la temporada, con goles clave como el anotado para abrir la lata en un partido en casa contra el Espanyol (2-0), en el que Nelson Oliveira decidió empañar una de las últimas finales por la permanencia.

A pesar de sus esfuerzos, otra temporada más el Deportivo descendía en el último partido y ante su gente (0-1 contra una Real Sociedad de Champions). Las lágrimas de felicidad por el ascenso tornaban en verdaderas lágrimas de lamento y daban lugar a una incertidumbre que acompañaría a Bruno durante todo el verano de 2013. Con fuertes rumores de interés por parte del Sporting de Lisboa y tras una llamada de la selección portuguesa (después de varias pre-convocatorias), que no parecía olvidarse del extremo; el Dnipro ucraniano se cruza en la carrera del de Vila Verde y pesca en río revuelto ante la difícil situación económica en la que se encuentra el equipo coruñés en ese verano, pues según comentado por Lendoiro en fechas posteriores su venta “supuso tres millones de euros entre lo que dejó de percibir el jugador en concepto de salario y el porcentaje de su traspaso que ingresó el Deportivo”.

Con el traspaso ya cerrado y su firma estampada en un contrato de tres temporadas de duración, el portugués deja una última muestra de compromiso y pide disputar el partido de debut en Segunda ante Las Palmas, con victoria a domicilio (0-1), despidiéndose así en el campo y en la posterior rueda de prensa al día siguiente antes de partir a Ucrania.

Exilio y vuelta a Galicia

Las tres temporadas de Bruno en la liga ucraniana, tanto a nivel profesional como personal por la situación por la que atraviesa el país, no son todo lo exitosas que cabría esperar. Cada cierto tiempo y en entrevistas concedidas a diversos medios, el jugador habla de “su” Deportivo con nostalgia y en todas y cada una de las mismas parecía claro que el reencuentro de jugador y entidad volvería a darse, más tarde o más temprano. Como hito más relevante de esta experiencia, el portugués consigue el subcampeonato de la Liga Europa en 2015 tras una final contra el Sevilla, siendo esa temporada 2014-2015 en la que contó con un mayor protagonismo. Se une al éxodo masivo de una competición ucraniana cada vez menos atrayente al final de la temporada 2015-2016, y decide regresar a su casa y volver a vestir la blanquiazul. Bruno llega libre y el 10 de junio de 2016 firma dos años por el equipo coruñés.

Buscándose a sí mismo en la presente temporada, el mejor Bruno Gama está todavía por llegar 

Dos temporadas. Un ascenso y un descenso. Gloria y desgracia. Y una tercera temporada en clave deportivista, la presente, en la que Bruno Gama espera desquitarse del mal sabor de boca con el que partió en su momento. Por ahora, con 11 partidos disputados, y pese a una pretemporada ilusionante (fue el mejor jugador herculino en el derbi en el exilio contra el Celta en pretemporada) al jugador portugués le está costando volver por sus fueros. Sus mejores minutos han sido en el partido contra el Valencia en casa, pero con el atenuante de tener a un jugador fuera de posición como Abdennour enfrente. Esa versión del menudo extremo, con mayores dosis de continuidad, es la que toda la parroquia deportivista anhela y que seguro está por venir. Es en la zona de creación y tres cuartos de campo donde el Deportivo está notando las mayores dificultades, y es ahí donde se reclama volver a ver el golpeo y dribbling del luso. La afición está deseosa de “desempolvar” el cántico de un jugador que hoy es cumpleañero y cuya aportación se antoja más que necesaria para conseguir el objetivo de la permanencia.