Los espectadores que ayer presenciaron el encuentro entre el Betis y el Deportivo de la Coruña asistieron a un pobre espectáculo. Ambos equipos desarrollaron propuestas similares en forma, defensa de cinco, y fondo,  apocamiento defensivo y simpleza ofensiva. La diferencia estuvo en que el Betis aprovechó la primera oportunidad que tuvo de sentenciar al Dépor, mientras que los gallegos desperdiciaron las dos o tres ocasiones claras de las que gozaron.

Garitano cambió de sistema pero no de jugadores

Las bajas y la distancia entre este partido y el próximo de liga influyeron en que la alineación deportivista estuviera repleta de titulares habituales. Las únicas novedades fueron el debut oficial del portero Rubén y las titularidades de Fernando Navarro y de Álex Bergantiños, que jugó de volante izquierdo en un centro del campo de tres junto a Mosquera y Carles Gil.  Garitano si modificó el 4-4-2 que utiliza en liga por un 5-3-2 con Navarro de central zurdo y Luisinho y Juanfran de carrileros. En la delantera, Marlos Moreno acompañó a Florin Andone.

Alineando tres centrales, el técnico vizcaino obtuvo superioridad numérica para sacar el balón controlado desde la defensa. Los tres se colocaban muy abiertos para facilitar la primera fase ofensiva, mientras que Luisinho y Juanfran adelantaban sus posiciones para atraer a los rivales, generando unos espacios que Navarro y Sidnei ocupaban para romper la primer línea de presión bética. En el centro del campo, Mosquera jugaba de pivote por detrás de Álex y Gil, con la idea de realizar coberturas a las subidas de los centrales y ayudarles con la salida del balón. Bergantiños y Carles Gil, por su parte,  tenían la misión de atacar la espalda de Durmisi y Piccini y forzar las ayudas de los centrales béticos, para que Florin y Marlos se enfrentaran a ellos en un dos contra dos. Además, los jugadores deportivistas podían aprovechar la velocidad del colombiano para mandar balones en profundidad.

Un plan que Sanabria desbarató

El tempranero tanto del delantero paraguayo minó la moral del Dépor, y a la postre supuso un golpe mortal para un equipo que llegó al partido cargado con una mochila de varapalos anímicos. Si cualquier conjunto estaría tocado después de sufrir las desdichas que le han ocurrido al Dépor en el último mes, cuánto más un equipo cuya única ambición real es mantenerse un año más en la élite. Además, el gol llegó en el primer disparo a puerta de los andaluces, que fue la primera acción del partido digna de reseñarse. Antes no hubo nada, despúes apenas hubo algo.

El Deportivo sobecargó el ataque por la banda izquierda, aupados por un motivado Luisinho en su reencuentro con Víctor. Cuando el portugúes se quedó sin gasolina el Dépor no supo encontrar alternativas, ya que un Juanfran visiblemente cansado no culminaba con buenos centros sus voluntariosas incorporaciones. La mediapunta era un páramo deshabitado, y Florin y Marlos siempre recibían la pelota de espaldas a la portería. Cuando juega de delantero, el colombiano es como una pantera encerrada en una jaula. Ante la falta de fútbol, fluidez y juego entrelíneas, los disparos lejanos y el balón parado fueron las mejores armas coruñesas.

Regreso de Joselu y cambios sin lustre

A pesar de lo adverso del marcador, Garitano no arriesgó con los cambios, y se limitó a sustituir hombre por hombre. El primero llegó en el descanso, cuando Guillerme reemplazó a un gris Mosquera. La presencia del brasileño apenas mejoró al equipo, que pedía a gritos la presencia de un jugador con criterio, calidad y visión de juego. Ese futbolista estaba en el banquillo, se llamaba Emre Çolak y una vez más se quedó sin disputar un minuto. Que un equipo con tantas dificultades para generar juego prescinda de su jugador más creativo es una decisión que dificilmente puede defenderse por cuestiones meramentes deportivas. 

Así las cosas, Álex y Carles Gil se multiplicaban para ofrecer apoyos a sus compañeros, pero la presión bética anulaba las opciones de pase. La entrada de Joselu fue la mejor noticia del partido y, aunque se le notó falto de forma, el de Silleda tuvo la ocasión más clara de la segunda parte con un cabezazo picado que se fue lamiendo el poste. Como ocurriera ante el Málaga, el Deportivo no sacó provecho de dominar la posesión y realizar más disparos que el rival.

Los béticos, por su parte, no necesitaron realizar un buen encuentro para llevarse la victoria. Víctor Sánchez del Amo presentó un 5-3-2 con una alineación plagada de suplentes, en la que destacó la presencia del canterano Jose Carlos, un central de 20 años que cuajó un extraordinaro partido. Con meter un gol y mantener un cierto orden defensivo tuvieron bastante para derrortar al Dépor. Tampoco es cosa de mucho mérito, puesto que últimamente parece que los únicos requisitos que deben cumplir quienes quieran vencer a los coruñeses son presentar 11 jugadores y cumplir con las reglas de la competición.