El 20 de agosto el Deportivo iniciaba su andadura en la Liga 2016/17 venciendo en casa ante el Eibar. Lo hacía con un gol en el último minuto, obra de un Lucas Pérez que hacía estallar de júbilo a un Riazor ilusionado y exultante con el que sería el último tanto del coruñés con la elástica blanquiazul. Lo que no sabía por aquel entonces la hinchada herculina es que aquel viernes veraniego observarían la tónica habitual de su equipo a lo largo de la temporada: unos minutos finales de infarto.

En la primera jornada se produjo el primer gol al borde de la bocina, algo que se repetiría en la jornada siete, cayendo la moneda del mismo lado. Los herculinos recibían en casa a un Sporting que acumulaba ya 17 años sin perder en Riazor en el campeonato liguero, aunque aquel día se truncó la racha. Ryan Babel, sustituto del sustituto de Lucas, ejecutaba un fuerte disparo desde lejos que entró raso pegando en la cepa del poste. De nuevo, éxtasis en el feudo coruñés en un duelo vibrante que se decidía en el último suspiro. Sin embargo, la suerte del Dépor terminaría invirtiéndose. Tras una serie de jornadas con malos resultados, los de Garitano recibían al Sevilla en su campo. La afición herculina sufrió lo que semanas atrás festejaba y por partida doble, ya viendo cómo su equipo pasaba de tener una victoria importantísima en las manos a no mantener ni un mísero punto tras los tantos andaluces en el 87' y el 90'. Caras largas y frustración en Riazor que, para mal de los blanquiazules, se repetirían más de una vez.

Tan solo una semana después del descalabro ante el Sevilla, el club gallego volvía a sufrir un nuevo tanto en el descuento. Borges hacía subir el 3-3 al marcador en La Rosaleda tras una gran reacción de los visitantes en el segundo tiempo. Aún así la fortuna, la insistencia del Málaga o el desacierto del Dépor, se guardaban un as en la manga en forma de golazo: Ontiveros le daba la victoria a los suyos en el descuento mientras los deportivistas no daban crédito a ello. Dos jornadas más tarde el Deportivo tendría un deja vu en el Bernabéu, perdiendo los tres puntos con goles en el 84' y 92' que firmaron la remontada blanca.

El año nuevo hizo que el Dépor cambiara la mala suerte por buena, lo que se vio tres días más tarde del adiós del 2016. Recibiendo al Alavés en Copa del Rey, los de Garitano conseguían levantar un cero a dos para empatar el encuentro en la última jugada gracias a Joselu, quien, con un testarazo, batía a Ortolá para mantener viva una eliminatoria que acabaría cayendo del lado vasco.

Joselu, autor del gol en el último minuto en el Dépor - Alavés de Copa del Rey | Foto: LaLiga
Joselu celebrando su gol en el último minuto en el Dépor - Alavés de Copa del Rey | Foto: LaLiga

El último varapalo que se llevaron los herculinos fue hace dos semanas, tras caer en San Mamés pese a adelantarse en el marcador, con un gol de Aduriz en el descuento.

11 goles en nueve partidos de los coruñeses que se han marcado a a partir del 80'. El Deportivo ha sido capaz de anotar cuatro de ellos de partido, tres en Riazor, lo que le ha valido para sumar cuatro puntos más, además de un empate en Copa del Rey. Sin embargo ha recibido ocho tantos, perdiendo un total de diez puntos en los últimos diez minutos de encuentro. Esto, sumado a las numerosas remontadas que ha sufrido el blanquiazul (cinco en total), por solamente una, la única en Primera División en los últimos cuatro años, condenan al cuadro herculino a los puestos de abajo. Un equipo que se desmorona cuando sufre un tanto, pues ha sido capaz de adelantarse en el marcador en 12 encuentros, finalizando siete de ellos sin victoria coruñesa. Números y datos negativos que el Dépor deberá solventar cuanto antes si no quiere verse en la pelea por el descenso en las últimas jornadas de Liga.