El talentoso mediocentro cedido por el Udinese Calcio al club coruñés inauguró el pasado domingo su cuenta goleadora con el Deportivo. Fue, además, por partida doble, ante un Osasuna colista y ya descendido que no sirvieron, sin embargo, para sumar los tres puntos, logrando tan solo un empate en El Sadar (2-2).
Guilherme dos Santos es un jugador que se caracteriza por su firmeza, su buen juego de pies y buena creación de juego, así como destrucción del mismo. El brasileño está demostrando esta temporada por qué el Deportivo debería intentar hacer un esfuerzo para conseguir ficharlo de cara a próximas temporadas. Está siendo el mejor del centro del campo sobradamente, pues en prácticamente todos los encuentros cumple con las exigencias requeridas.
No es habitual, sin embargo, verlo anotar en un partido, y menos un doblete. Hasta ahora, ya casi finalizada la temporada, no había visto puerta en ningún choque. Tuvo que ser en la jornada 35 cuando el brasileño asombró a la parroquia deportivista con su puntería de cara al gol.
En un partido como nos tiene acostumbrados, el Dépor no hizo mérito para conseguir sumar los tres puntos, a pesar de ser contra el equipo con menos puntos de la categoría. Solo los dos tantos de Guilherme valieron para sumar un punto más en el casillero blanquiazul, un punto que acerca un poquito más a los de Pepe Mel al objetivo de la temporada: la salvación.
Llegaban estos tantos en los minutos 18 y 70. El primero servía para empatar el choque (1-1), aprovechando un balón al segundo palo que tan solo tuvo que poner la cabeza, y el último para adelantar al Deportivo (1-2), metiendo el pie tras un centro de Albentosa con la cabeza. Ambos goles no fueron sobresalientes en el aspecto visual, mas pudieron haber significado la salvación matemática de no haber sido por el último gol de los navarros, que supuso el 2-2.
Es, por lo tanto, Guilherme un muy buen mediocentro, muy completo, y que cumple las exigencias de cara al año que viene. Habrá que ver si finalmente Tino Fernández y el cuerpo directivo se deciden por tirar de talonario o por el contrario dejan escapar al talentoso diestro. Guilherme se encuentra feliz en A Coruña y su hijo ha nacido en la ciudad, por lo que pueden ser factores determinantes en el devenir de su futuro.