La victoria del Sporting ante la Unión Deportiva Las Palmas en la mañana del sábado obligaba al Deportivo a ganar para certificar matemáticamente su permanencia por una temporada más en Primera División. Delante se encontraba un Espanyol que llegaba al estadio de Riazor con los deberes hechos y con nada por jugarse. Ante un equipo salvado y frente a su público, todo llevaba a pensar que el Deportivo no dejaría escapar la oportunidad de certificar una permanencia que ya se le escapó la pasada semana en Pamplona a los hombres de Pepe Mel.

Pero cuando el balón rodó sobre el césped de A Coruña dio la impresión de que se cambiaban los papeles y era el Espanyol el que se estaba jugando la vida en el partido y el Deportivo el que pasaba por allí. El Espanyol buscaba las vueltas de la defensa del Deportivo con balones a las bandas mientras los coruñeses esperaban agazapados para intentar salir rápido a la contra.

Y podía salirle el plan al Deportivo, que ponía toques de peligro en las botas del holandés Ola John y del turco Emre Çolak, pero desapareció del campo el conjunto coruñés en el minuto 14. Arribas falla inexplicablemente un balón fácil de despejar y Leo Baptistao no se tuvo que complicar mucho la vida para batir a un Germán Lux que ya estaba vendido para hacer el 0-1.

Supuso un fuerte golpe para los de Pepe Mel ese error, tras el cual se convirtieron en un juguete en manos del Espanyol, que quince minutos después sentenciaba el encuentro con un gol a la contra de Gerard Moreno, que remató a placer tras un centro desde la banda de Piatti llegando en una contra. Pese a ello, el Deportivo tuvo una ocasión en botas de Borges que se marchó al poste y un mano a mano de Ola John que sacó Diego López.

Con el descanso cambió la historia radicalmente. La entrada de Carles Gil por el joven debutante Edu Expósito le aportó al Deportivo una verticalidad que sólo tardó un minuto en apreciarse. Ola John hila una jugada imposible y saca un centro que Andone empujó a placer al fondo de la portería de Diego López.

El holandés llevaba muchísimo peligro, superando una y otra vez en el uno contra uno a los defensores del Espanyol, y cuando dejó su sitio a Marlos Moreno el colombiano también trajo de cabeza a los defensores hasta que el Deportivo comenzó a atacar solamente con centros desde la banda, favoreciendo el poderío aéreo de una defensa perica que se encontró mucho más cómodo sacando balones centrados al área que tapando las entradas de los habilidosos extremos deportivistas.

Aún así el asedio del Deportivo pudo dar sus frutos gracias precisamente a Alejandro Arribas, que conectó hasta cuatro cabezazos, y de hecho, uno de ellos se fue contra el larguero de la portería de Diego López.

Así se llegó al final del encuentro. El Deportivo sigue adoleciendo de una falta de concentración que vuelve a costarle puntos y habrá que esperar otra semana para intentar certificar una permanencia que se le resiste a los blanquiazules. Será en el Estadio de la Cerámica contra un rival tan duro como el Villarreal.