El pasado 23 de Octubre, Celta y Deportivo se enfrentaban en el que sería el primer derbi gallego de la temporada. Nadie en la ciudad de A Coruña se esperaba lo que finalmente acabó ocurriendo.

El encuentro era, a priori, de los derbis más igualados que se recuerdan en cuanto a las sensaciones de ambos equipos. El Celta no daba con la tecla que le permitiese alcanzar el rendimiento de la temporada anterior y, por su parte, el Deportivo venía de una dolorosa derrota por 4-0 ante el Barcelona en el Camp Nou y sin levantar cabeza tras un comienzo de Liga nefasto.

La situación en dicho momento del Deportivo se confirmó a lo largo del encuentro. Después de que el Celta se adelantase por mediación de Hugo Mallo, Albentosa remataba un centro de Fajr y conseguía poner las tablas en el marcador. El gol del central valenciano marcó un punto de inflexión en el encuentro ya que el Dépor parecía encontrar la senda correcta, y que le podía llevar a alzarse con la victoria.

Pero el buen momento de juego del conjunto herculino se vio eclipsado por un penalti de Sidnei por manos, cuanto menos dudoso, que supuso el segundo gol del conjunto vigués por parte de Iago Aspas. A partir de ese instante, el Deportivo perdió el manejo del partido y el Celta consiguió ampliar la renta y poner el 4-1 en el luminoso.

Viéndolo con perspectiva, el Deportivo mereció llevarse algo más que un duro palo del coliseo vigués, además de que, visto lo visto, ese encuentro marcó una de las peores dinámicas del equipo el mes siguiente, donde tan solo consiguió 2 puntos de 12 posibles.

Probablemente el Dépor acabaría la liga en otra posición de no ser por el mal juego del equipo que derivó de la dolorosa derrota en Balaídos.