Pese a los resultados obtenidos en estas últimas jornadas, la afición tenía bien guardado en la memoria el 5-1 con el que les habían ganado la temporada pasada. El equipo venía de una mala racha, y habían logrado finalizar el encuentro con la cabeza bien alta. Sin embargo, el partido de ayer nada tuvo que ver con el que recordaban

Comenzaba el partido con un Depor todavía adormilado, y con jugadores "desenchufados". Cuando tan solo habían transcurrido tres minutos del inicio, se adelantaba la Real Sociedad con un gol de Juanmi tras un saque rápido de una falta lateral botada por Xabi Prieto, quien dejó el balón perfecto en el punto de penalti. En la siguiente jugada llegó el segundo: mal despeje de Bruno Gama que le cae a Illarramendi, quien logró ajustarla al palo desde fuera del área, batiendo a Tyton.

Mosquera y Guilherme parecían no asociarse, y al equipo se le veía perdido con el balón. Eran superados una y otra vez por el rival, permitiendo transiciones por el centro del campo muy fácilmente.

Según transcurrían los minutos, el conjunto deportivista comenzaba a despertar, pero tan solo con los desplazamientos en largo de Fabian Schär y las salidas de Sidnei. De las botas del suizo saldría el primer tanto del equipo local. Un milimétrico centro con el que Adrián, sin dejarlo caer, mandaba el balón a portería y lejos del alcance de Rulli.

A partir del gol, el partido volvía a empezar para el Deportivo. Ya se podía ver a un equipo centrado, y a la afición visiblemente más metida en el encuentro. Con esto llegó el descanso y ambos equipos se fueron a los vestuarios, dejando tan solo a Lucas calentando durante esos quince minutos. El siete deportivista saltó al campo a los cinco minutos de comenzar la segunda mitad. Con la euforia en la grada por el regreso del delantero de Monelos, llegaba el esperado empate. Centró Juanfran, Adrián golpeó el esférico con la cabeza y Andone anotó el segundo.

Celebración del gol de Andone. / Imagen: RCDeportivo
Celebración del gol de Andone. / Imagen: RCDeportivo

El desastroso inicio parecía estar solucionado, pero no. A punto estuvo Íñigo Martínez de lograr el tercero para el conjunto visitante. Pese a que la pelota se paseó delante de la portería, sin resistencia por parte Tyton, esta no llegó a entrar.

No hubo tanta suerte de ahí en adelante. Los de Eusebio Sacristán vieron cómo le empataban un partido que ya creían tener encarrilado, y no tardaron mucho en reaccionar.

Ambos conjuntos fueron a por el partido sacando toda la artillería al campo. El conjunto herculino, tras la salida de Andone por Bakkali, finalizaría el encuentro con Lucas y Adrián en punta; y con la salida de Valverde, quien debutaba en Riazor, pasaron a jugar con tres mediocentros. Aún así, comenzó a verse a un equipo ya sin energía, lo que alarmó a la grada de Riazor. Las llegadas del conjunto vasco comenzaban a ser frecuentes, mientras que el Depor apenas volvió a crear ocasión alguna.

Con esta dinámica, entramos en la recta final del partido. Aritz, que estaba tocado, sacó un córner lanzando el balón al primer palo, donde apareció Llorente para, ahora sí, hacer el 2-3. Tres minutos más tarde, y tras una bonita jugada personal, en la que la defensa deportivista no estuvo nada acertada, Illarramendi anotaba el cuarto. Tyton volvía a no poder parar. Pero mal haríamos en echarle la culpa de la derrota al polaco.

Algunos aficionados, enfadados con la actuación que dieron los de Pepe Mel, dejaron el estadio minutos antes de que el árbitro pitase el final del encuentro. La tensión y la crispación se respiraba en el ambiente. ¿Se verá en el próximo partido la exigencia que, en rueda de prensa, dicen hacer?

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