Las esperanzas estaban puestas. El Camp Nou se trata de un campo difícil, pero la temporada pasada el Dépor “obró el milagro” llevándose un punto vital. Tras el partido de la jornada anterior que se saldó con victoria para los blanquiazules, Cristóbal Parralo volvía a apostar por los mismos once jugadores. El Barcelona, por su parte, presentaba un equipo titular con la principal ausencia de Busquets. El medio centro vio la goleada desde el banquillo, temiendo una posible tarjeta amarilla que le imposibilitaría jugar el clásico.

El partido ya comenzaba con nombre propio. Leo Messi. No se habían cumplido ni cinco minutos de partido, y el argentino ya había tenido el gol en sus botas. Tras fallar una jugada clara, un gol le fue anulado por fuera de juego. Presionando la salida del Barcelona, el Dépor inició el encuentro compitiendo bien, jugando con solvencia hasta el ecuador de la primera mitad. El peligro de los blanquiazules pasaba por Çolak, quien organizaba el juego siempre por detrás de  la marca de Lucas Pérez. Ante esto, un centro de campo inexistente. Guilherme y Borges desaparecidos. Circunstancia que aprovecharon los blaugranas para comenzar el fuerte acecho a la portería defendida por Rubén Martínez. 

En el minuto 10 de partido se produjo la primera llegada del Dépor. Una contra de Carles Gil terminó con un cambio de juego a la banda izquierda, por donde Emre Çolak pasó el esférico a Celso Borges. El costarricense disparó desde la frontal del área directamente a las manos de Ter Stegen.

Con la posesión del balón, aunque con un juego lento, lograron adelantarse en el marcador. Tras dos grandísimas intervenciones del portero de Coristanco, Luis Suárez hacía el primero. Navarro rompía el fuera de juego y el tanto subía al marcador. Poco más de diez minutos después volverían a anotar los locales. Tras un disparo de Messi que impactaba contra uno de los palos, Paulinho lograba el segundo.

Al borde del descanso lo volvía a intentar el uruguayo, pero una vez más Rubén salvaba el tercero sobre la línea. Luis Suárez no perdonó la siguiente. Nada más comenzar la segunda mitad, llegaba su segundo gol. Centró con potencia Sergi Roberto y el “9” culé remató sin oposición alguna.  

Las constantes pérdidas de balón en el centro del campo, y en menor medida en defensa, del Deportivo facilitaron el trabajo ofensivo para el conjunto catalán. Mientras, arriba parecían no asociarse. Los blanquiazules no lograban dar rentabilidad a sus pocas llegadas a la portería defendida por Ter Stegen. Dos acertadas subidas de Sidnei no lograron generar peligro alguno. Ni Carles Gil, Adrián o Lucas Pérez, que se encontraban en el área, finalizaron el contragolpe.

A partir de este momento las acciones del arquero gallego fueron primordiales para no terminar la jornada decimosexta con una mayor abultada goleada. Y es que, además de impedir el “hat-trick” de Luis Suárez, logró parar un penalti ejecutado por Messi a mano cambiada. 

Rubén, uno de los jugadores más destacados del partido. / Imagen: LaLiga
Rubén, uno de los jugadores más destacados del partido. / Imagen: LaLiga

No obstante, minutos después de dichas ocasiones, marcaba Paulinho el tanto definitivo para el Barcelona tras otro balón rechazado por el palo. 4-0. 

Con la esperanzas de remontada ya totalmente disipadas, el ritmo del partido bajó por parte de ambos conjuntos. Finalizaba así un partido para el olvido.

Dice muy poco de los jugadores que el más destacado del encuentro haya sido Rubén. La portería ha sido la preocupación fundamental a lo largo de esta primera vuelta, pero tras la más que destacable actuación del arquero, la esperanza vuelve a estar puesta.

Quince puntos son los que ha cosechado el conjunto deportivista desde que comenzase la liga. Centrados ya en el tan esperado derbi, ansían alcanzar en la tabla al Celta, que por el momento goza de tres puntos más que los coruñeses. 

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