El martes ha sido, una vez más, el día elegido por el cuerpo técnico deportivista para comenzar los entrenamientos de cara al encuentro del fin de semana. El del sábado ante el Celta (18:30 horas) será, cuanto menos, un compromiso especial con el que cerrar el 2017 para el que los de Cristóbal Parralo se acondicionarán con una sesión matinal diaria desde el martes hasta el mismo día del partido.

El contundente correctivo endosado en Barcelona (4-0) y el coqueteo constante del equipo con los puestos de descenso han provocado que el derbi de Riazor sea para el Dépor el partido “perfecto” para acabar con su mal sabor de boca, como afirmó Carles Gil a la salida del Camp Nou. Brindar una victoria a su afición frente al vecino haría de medicina para olvidar momentáneamente las penas e inyectar moral.

Por esta razón, la plantilla tomó un vuelo desde la Ciudad Condal minutos después de finalizar su encuentro de la jornada 16 de LaLiga con el objetivo de descansar lo más pronto posible en sus hogares, ya en la noche del domingo al lunes. El último resultado adverso y la pobre imagen ofrecida requieren de pasar página a la mayor brevedad y arrancar el martes a las 11:00 horas los ejercicios físicos con las piernas y la cabeza frescas.

Los tres primeros entrenamientos (martes, miércoles y jueves) tendrán lugar en la Ciudad Deportiva de Abegondo, todos ellos a la misma hora, mientras que el del viernes radicará en el estadio de Riazor.

La única duda en la enfermería se encuentra en la evolución de Gerard Valentín, que ya fue descartado de la anterior citación por una lesión muscular. Fede Cartabia, por su parte, permanecerá con total seguridad fuera del trabajo con el grupo hasta recuperarse de la operación de hernia de futbolista a la que fue sometido la pasada semana. El resto del grupo está a plena disposición del míster.