Tras el minuto de silencio previo, los jugadores del Eibar se reunieron en un círculo para arengarse ante lo que se presentaba como una nueva prueba de su fiabilidad en casa. Después, comenzaron a leer el guión y desde el primer segundo se plantaron, valientes, al acoso de su rival, un Alavés que trató de defenderse como pudo de las acometidas armeras.

Discreto primer tiempo

Marcaron el camino Pedro León, voluntarioso como siempre, con una carrera en la banda que no llegó a buen puerto en el segundo minuto, y Takashi Inui, llegando bien hasta el fondo y poniendo un centro raso peligroso. El Alavés no se amedrentó y los primeros veinte minutos, si bien transcurrieron con dominio azulgrana, mantuvieron el 0-0 inicial. Theo Hernández se hizo notar y puso en aprietos a la zaga del Eibar y la primera ocasión de los albiazules llegó en el minuto 25 de la mano de Alexis, quien no remató bien con la cabeza una falta. Se fue igualando el choque y se embarulló con él el juego. Fruto de ello nació una nueva ocasión a balón parado del Alavés enviada a las manos de Yoel y, a partir de ahí el conjunto de Pellegrino se creció. En mitad de un desierto de ocasiones, el minuto 38 dibujó el oasis de una ocasión seria de peligro para el Eibar con una falta botada por Pedro León: el balón rebotó en un defensor y se paseó cerca de la meta de Pacheco. Riesgo, por su parte, tuvo que intervenir de nuevo para frenar un disparo inofensivo de Christian Santos.

Así se cerró el primer tiempo, un empate a cero, a tranquilidad en defensa y a inocencia ofensiva.

El Eibar sale a la carga pero todo sigue igual

La segunda mitad abrigaba para uno y otro equipo la esperanza de romper el hielo del marcador, tan monótono. Saltaron los dos onces al verde en un volver a empezar: de cero.

Nada más empezar Toquero e Inui enfrentaron sus cabezas y se esfumó un minuto de juego. Tres minutos después Gálvez mandó a córner el primer balón que se acercaba a la meta de Yoel. El Eibar contestó: logró un saque de esquina a favor y comenzó a presionar la salida del balón del Alavés. Los armeros tomaron la iniciativa y Pedro León puso un centro-chut espectacular en el larguero. Los de Mendilibar se animaban y resucitaban la emoción de un encuentro que la necesitaba como agua de mayo. Su oponente se apagaba con cada minuto que pasaba y Rubén Peña rozó el tanto con un zurdazo raso, escorado a la derecha de Pacheco.

Los técnicos querían goles, necesitaban colmillos con los que depredar: Deyverson sustituyó a Christian Santos en el lado albiazul y Escalante, intenso durante todo el partido, dejó su sitio a Adrián González. Entretanto, el Eibar dominaba más que nunca... y no marcaba pese a su empeño; el monólogo era total y los centros de Inui y Pedro León llovían sin cesar. Capa salió en el minuto 73 a reivindicarse y a elevar las miras de su equipo. Theo era el único recurso en ataque que mostró tímidamente el Alavés.

Llegaron los últimos diez minutos y el 0-0 se mantenía en Ipurua. Capa puso un balón explosivo a la cabeza de Enrich, quien poco faltó para dinamitar el partido. Se empezó a desesperar el Eibar y Mendilibar sustituyó a Inui por Nano para abrir de una vez por todas la lata. Los minutos finales consistieron en un auténtico asedio armero a la portería de Pacheco con dos córners peligrosos en el 89. El árbitro añadió tres minutos que finalmente no sirvieron para que ninguno de los equipos marcara. Se culminó un empate con sabor a casi nada para el Eibar y con tintes de triunfo para el Alavés en la visita a uno de los estadios más difíciles de Primera División.