Un jarrazo de agua fría en un campo complicado como el Pizjuán, no es suficiente para consumir la firme llama de un corazón armero. Ni tampoco es lo suficientemente potente como para detener a una SD Eibar que atravesaba un dulcísimo momento de forma en las últimas jornadas. Y ahora, el Málaga será el próximo rival en esta maratón contra la historia que está realizando el combinado armero, que sigue pensando, sigue soñando con sorprender a propios y ajenos y llegar a Europa.

Llegó un momento en el que dejó de ser sueño fruto de un pensamiento utópico, y pasó a ser una realidad. Y es en el momento en el que incluso Mendilibar lo dijo. Y por ahora, está sucediendo. El Eibar es el séptimo clasificado de la Liga Santander, empatado a puntos con el Athletic -ante el cual perdió en San Mamés, eso sí-. A pesar de la derrota sufrida la pasada jornada en el feudo del Sevilla, conserva la última de las plazas que podría dar acceso a la Europa League el Eibar, donde se asentó tras cuajar tres espectaculares triunfos ante el Deportivo (3-1), el Valencia (0-4) y el Granada (4-0). Y a esto, hay que sumar que sufrió lo suyo el Sevilla para imponerse a los eibarreses, que solo pudieron ser tumbados a causa de dos errores que fueron castigados por la vía rápida.

Y ante un rival que lo está pasando mal, como es el Málaga, el Eibar tiene que reencontrar la senda del triunfo. Sin embargo, son los albiazules un equipo engañoso. Si bien los resultados no les acompañan, se reencontraron a sí mismos con un buen triunfo ante la UD Las Palmas. Sin embargo, con gente muy en forma, como Sergi Enrich o Adrián, y Pedro León en estado de gracia, no tienen nada que envidiar los en Ipurúa emplazados a los andaluces. La moral está altísima, el equipo en forma y unido, y la afición y equipo, son uno solo. Todo dispuesto para que el Eibar siga luchando por seguir haciendo historia.