El martes 28 de febrero de 2017, la Real Sociedad se medirá ante la Sociedad Deportiva Eibar en marco de la jornada 25 de La Liga. La contienda tendrá al Estadio Anoeta como epicentro, en lo que significará el compromiso de equipos guipuzcoanos. En lo que respecta a jugadores disponibles del cuadro txuri urdin, Eusebio Sacristán no contó en su último compromiso (Las Palmas) con Carlos Martínez (rotura parcial del ligamento cruzado), Imanol Agirretxe operado en dos oportunidades del tobillo izquierdo, Willian José (lesión del músculo semimembranoso del muslo derecho, Markel Bergara (edema óseo en el maléolo de su tobillo derecho). Mientras tanto los de Eibar presentaron una lista de bajas conformada por: Asier Riesgo (esguince de rodilla), David Juncà (esguince de tobillo), Alejandro Gálvez (ruptura fibrilar en el bíceps femoral), Fran Rico (acumulación de amonestaciones), Kike García (fractura de peroné) y Nano Mesa (rotura de fibras del recto anterior en el cuádriceps izquierdo).

Dos realidades idénticas

El presente de los dos equipos vascos se corresponde. La Real Sociedad se encuentra clasificada en la quinta ubicación como consecuencia de sus 44 unidades. Las mismas fueron el resultado de 14 victorias, dos empates y ocho derrotas, con un bagaje de 37 goles a favor y 32 en contra. El Eibar le persigue unos peldaños por detrás, colocado en la séptima posición con 38 puntos. Estos despuntaron como producto de once victorias, cinco empates y ocho caídas, además de 39 dianas rubricadas y 31 encajadas. En relación a la condición de su próximo compromiso, la Real Sociedad se posiciona en la octava ubicación en casa con 27 puntos (23 en Liga y cuatro en Copa), mientras que el Eibar se ubica noveno a domicilio con 18 unidades (12 en Liga, seis en Copa).

Íñigo Martínez, un puntal de los vascos. Foto: Photo Silver-VAVEL-.
Íñigo Martínez, un puntal de los vascos. Foto: Photo Silver-VAVEL-.

En el último partido disputado en Liga, la Real Sociedad visitó el Estadio Gran Canaria. Allí en el reducto amarillo los de Eusebio Sacristán Mena consiguieron los tres puntos, gracias al uno a cero rubricado por Xabi Prieto (74’). En este encuentro, el míster del txuri urdin utilizó como sistema de juego un 4-3-3. Bajo palos estuvo el argentino Gerónimo Rulli. La última línea la conformaron Álvaro Ordiozola (lateral derecho), Raúl Navas (zaguero derecho), Íñigo Martínez (defensa central zurdo) y Yuri Berchiche (defensa del ala izquierda). En la zona de las máquinas Xabi Prieto y David Zurutuza se posicionaron como interiores, derecho e izquierdo respectivamente y Asier Illarramendi completó la zona media como pivote. Finalmente lo atacantes fueron: Carlos Vela (extremo derecho), Juanmi Jiménez (centrodelantero) y Mikel Oyarzábal (delantero de banda izquierdo).

¿Cómo juegan los donostiarras?

En la fisonomía del equipo, la Real Sociedad se caracteriza por ser un equipo que intenta un fútbol con la salida desde atrás, buen trato de balón y aperturas de banda. Sin embargo acorde a las vicisitudes de cada contienda, se ajusta a la realidad que se va presentando compaginándolo con el juego directo. Destaca por la compresión entre líneas, un colectivo acortado, los interiores con lucidez para desempeñarse como organizadores y sobre todo por plantar a los laterales en el campo rival.

El aspecto más tedioso y eficiente que presenta el equipo de San Sebastián es su orden a la hora de apretar arriba. La presión es un fenómeno adyacente a las características de estos futbolistas. El 4-3-3 se transforma en una especie de 4-2-3-1 para doblegar mediante la intensidad. En la expectación observando los movimientos de los defensores centrales, Juanmi y Zurutuza por detrás se colocaban en las cercanías del área mayor, mientras que Carlos Vela (derecha) y Mikel Oyarzabal (izquierda). Además Illarramendi y Xabi Prieto ocupaban los espacios por detrás, para impedir una salida limpia.

Illarramendi, el responsable de la salida desde atrás. Foto: Oscar Alonso-VAVEL-.
Illarramendi, el responsable de la salida desde atrás. Foto: Oscar Alonso-VAVEL-.

Otra de las aristas positivas de la Real, su salida. Al presentar dos laterales de proyección como Odriozola y Yuri, Illarramendi se colocaba dentro de la zaga para ofrecer un balón a ras de piso. Allí había dos alternativas: la búsqueda de pases interiores para Xabi Prieto o Zurutuza o apostar a la apertura con los laterales. En este ordenamiento con el esférico desde atrás, el txuri urdin quedaba 3-4-3. En esta faceta, cuando se lograba un funcionamiento efectivo para jugar desde la retaguardia los interiores se desprendían como falsos extremos un tanto cerrados para posibilitar la llegada por fuera de los laterales, en la ruptura mediante la superioridad numérica: sociedades tales como Xavi Prieto-Ordiozola o Yuri-Oyarzabal.

En el conjunto de movimientos de ataque, coexistieron otros como el desplazamiento de Carlos Vela como doble ‘9’ o el cambio de bandas con Oyarzabal.  En el balón parado se evidencia un trabajo por parte de la Real Sociedad. Como alternativas en las faltas directas desde las bandas hubo innovaciones: centro al corazón del área para capitalizar el portentoso físico de Íñigo Martínez y también un envío pasado al segundo palo para advertir la llegada de Yuri. Asimismo, el juego corto y una apertura hacia la banda para centrar mediante el desborde. En esta conjugación de juego en posesión con embestidas directas, en más de una oportunidad se observaba el pase largo de la zaga a los extremos.

Flaquezas en los costados

En un patrón que se reiteró durante el grueso del partido, la debilidad más marcada de los de Eusebio Sacristán primó el cierre endeble de sus bandas. Tanto en izquierda como en derecha, los extremos canarios y también con la llegada del lateral, estos se asociaban doblegando a los defensas de banda del conjunto realista. Esta fue quizás el punto más negro del txuri urdin, que se sintió desprotegido en esta faceta.

La situación de vulnerabilidad defensiva en las bandas recrudeció más en la segunda parte, segmento del partido en que Las Palmas debatió la posesión, se adelantó en el campo y generó situaciones de peligro por esta vía. En afán de corregir esta circunstancia, se observaba un 4-1-4-1 ó 4-2-3-1. En el mismo, Juanmi había dejado el ariete para cedérselo a Carlos Vela. Jiménez pasó a colocarse en el extremo derecho, Xabi estuvo más centrado y Oyarzabal se posicionó desde la izquierda. También los de San Sebastián se mostraron infructuosos para detener la llegada de segundas líneas como Viera que se filtraba por dentro con inclinación hacia los costados y adquiría protagonismo con sus pases interiores, una labor similar a la que suele efectuar Adrián González. Con Vela de ‘9’, este estuvo pendiente para colgarse en el último defensa y lanzar diagonales aprovechando su velocidad. Luego el 4-2-3-1 dio paso a un 4-5-1. Aunque hubo un retroceso en el verde, las falencias por los costados siguieron imperando, un mal del que puede aprovecharse Eibar