Por la jornada número 28 la Sociedad Deportiva Eibar y el Real Club Deportivo Espanyol, se juegan la plaza de la octava posición. Un punto es la brecha exigua que aventaja a los de José Luis Mendilibar sobre los de Enrique Sánchez Flores. Ambos equipos reúnen una serie de atributos que hacen a este enfrentamiento uno de los más destacados del fin de semana: dos representativos que tratan el balón con posesiones extensas, apuestan a ataques direccionados desde el centro para culminar en desbordes por banda, la movilidad de sus futbolistas más adelantados representa una tendencia, ocupan los espacios con exactitud, colectivamente funcionan ordenadamente, los laterales se proyectan con asiduidad y se sienten incómodos sin el balón. Dichos requisitos los catalogan como protagonistas de La Liga. Para dilucidar precisamente, detallamos los puntos claves de este partido.

El Espanyol fiable a domicilio. Foto: Alex Gallardo-VAVEL-.
El Espanyol fiable a domicilio. Foto: Alex Gallardo-VAVEL-.

Tanto los azulgranas como los periquitos encuentran en su zona de confort un denominador común: el ejercicio de un fútbol a base de la posesión. Entonces claramente se impondrá aquél equipo que logre llevar a cabo una intensidad efectiva por intermedio de la presión en la salida rival. La misma impedirá un progreso paulatino del contrincante, la recuperación en una zona de alto riesgo, la generación de situaciones propicias en el tercio superior, un oponente en inferioridad numérica y la obligación de un pase largo. Con todos estos factores, el conjunto que consiga imponer las condiciones por intermedio del adelantamiento en pos de una presión eficaz, contará con las condiciones más favorables para manejarse en su feudo. Aprovechar los espacios de las bandas, resulta uno elementos más importantes del Eibar y Espanyol. Al ser ambos dos equipos que juegan sus ataques por los costados, el aporte de los laterales para la creación de espacios y la generación de superioridad, llámese esta numérica, posicional, socio y afectiva, cualitativa.

Movilidad ofensiva

Respondiendo a la dinámica de estos representativos, variar las posiciones de ataque se autoproclama en otro de los condicionantes para hacerse con el partido. En esta sintonía, el desplazamiento del clásico ariete (centrodelantero) a la banda para que los extremos o mediocentro ofensivo se desempeñen en esta posición, asimismo el adelantamiento de los laterales, el cierre de las mediapuntas externas, la firmeza con la que los interiores pisan el área y se estructuran para organizar los ataques, como también para definir resultarán determinantes.

El míster armero quiere un equipo protagonista en Ipurua. Foto: Ángel Ezkurra-VAVEL-.
El míster armero quiere un equipo protagonista en Ipurua. Foto: Ángel Ezkurra-VAVEL-.

Los de Mendilibar y Quique Sánchez Flores destacan por agruparse defensivamente en bloque. Entonces para superar a tal conjunto de futbolistas, se necesita de una circulación efectiva. La misma se consigue con un primer pase exacto en la salida de balón para poseer un mayor panorama con a la hora de rodar el balón. Esta progresión paulatina en el campo además permite la incorporación alternativa de uno de los laterales, el adelantamiento de los interiores y el funcionamiento del pivote a la zona de defensa, estableciendo este un quiebre, un sostén de dos equipos (el defensivo y ofensivo), estructurados en dos bloques. De los dos equipos, Dani García reúne una condición vital para que Gonzalo Escalante se aboque a la elaboración/presión en campo rival. Para evitar cierta previsibilidad y adaptarse a las circunstancias del partido, elaborar alternativas siempre es otro factor a tener en cuenta. Entre la asimilación a las condiciones del encuentro oscilar el juego directo y progresivo, funcionar en el aspecto aéreo y utilizar el disparo de media distancia ante una retaguardia cerrada.

Equipo corto y repliegue rápido

Por otro de los puntales de donde se circunscribe ganar una batalla táctica: el repliegue defensivo y el acortamiento de sus líneas. Tanto Eibar como Espanyol, sobre todo en los partidos ante los pesos pesados demostraron vulnerabilidad para contener las embestidas rivales. En más de una ocasión se observó como Pedro León, José Jurado o Takashi Inui no cierran a sus espaldas, el mediapunta rival aprovecha ese espacio y le efectúa el dos contra uno al lateral. Asimismo, Aaron Martín o Anaitz Arbilla en el último partido reflejaron una debilidad en el uno contra uno, un elemento sustancial para Pedro León o el reemplazante de Pablo Piatti para el desborde en la banda derecha. 

Dani García, importante en la presión. Foto: Ángel Ezkurra-VAVEL-.
Dani García, importante en la presión. Foto: Ángel Ezkurra-VAVEL-.

Desde otra perspectiva agruparse como un equipo corto en una diferencia de menos de 40 metros, contribuye a plasmar un equipo acotado en sus líneas, sin espacios entre sí que impide los pases interiores. Si a ello le añadimos que la defensa se encuentra adelantada, los delanteros son la primera línea de intensidad, los centrocampistas ocupan más efectivamente las espaldas de los volantes rivales, todos estos condicionantes le posibilitan a un equipo no correr detrás del balón y defenderse con él. Ya veremos quien se hace con el ejercicio del balón y domina la posesión. Queda claro, aquél que lo consiga en mayor tiempo y eficacia, contará con más oportunidades de hacerse con el encuentro.