El Eibar fue uno de los equipos que más tiempo tardó en formarse para empezar a nivel profesional en cuanto a la región vasca, muchos equipos ya estaban formados y aspiraban a colarse en las divisiones mayores del fútbol español. La travesía inició con Pedro Mandiola, un nato en Eibar, jugador del Athletic Club que formó parte del club en la final de Copa ganada al Espanyol en 1911, esto daba interés a quienes habitaban en Eibar para empezar la práctica del deporte, fue Mandiola quien dio el primer chispazo para una historia que perdura hasta nuestros días.

En 1913 se formó el Izarra Club conformado por jugadores de la región y otros forasteros que dieron un mayor auge en el área. En 1914 se inauguró el Campo de Otola-Erdikua que serviría para la práctica de deportes a nivel general, no solo balompié. El Izarra se volvió un club poderoso en su cancha, llegando a colarse en Primera Categoría Serie A, pero quedando como último clasificado de la misma en 2019.

Tras ello se fundó el Eibartar Club que tomó inspiración del Izarra Club y tuvo su propio césped en Elgoibar, tuvo una seguidilla de éxitos breves que terminaron en 2020 por falta de recursos económicos

Después de que estos dos equipos dieron los primeros pasos en la región, muchos equipos surgieron para representar a Eibar. Entre ellos se resalta la fusión del Irrintxi y Deportivo Eibarrés en 1922, ambos crearon la Unión Deportiva Eibarresa.

Todo esto llevó a la formación del Eibar Football Club en 1940 utilizando el Campo de Lerum para jugar sus encuentros y fue en 1941 cuando se constituyó la Sociedad Deportiva Eibar al igual que un equipo formado en la misma tierra llamado Educación y Descanso Eibar, pero ninguno logró destacar. Ambos equipos tuvieron dificultades para despegar y llegar a ser considerados equipos con potencial, fue así como la Federación Guipuzcoana decidió ayudar a sus clubes y aportó a la SD los uniformes característicos del club color azulgrana con pantaloneta negra. De este aporte surge el filial del club llamado SD Eibar Urko.

El crecimiento de la Sociedad Deportiva siguió y en 1947 se inauguró su propio estadio: Ipurúa, el cual se abrió con una derrota para el local contra el Elgoibar, pero causó un gran interés por la tenencia de un estadio propio para el Eibar.

Después de jugar en torneos regionales, empezaron a jugar en Tercera División, llegando también los éxitos durante y después de la década de los 50s cuando se ganaron los grupos regionales y las divisiones de honor de la región. El club ha llegado a ganar la Tercera División en dos ocasiones y la Segunda B tres veces, siendo la más reciente en 2011 y teniendo un fortalecimiento en su propio campo, Ipurúa. Pudo prevalecer entre los más potentes de Segunda siendo un equipo humilde con potencial de grande. Siempre hubo pasos adelante y pasos atrás durante el nuevo milenio, pero el Eibar siempre se las arregló para no volver a Tercera, la división que no pisaban desde 1986, haciendo notorio el crecimiento que tuvo el club con el apoyo de la municipalidad de la región.

Fue en 2014 cuando la historia iniciada un siglo atrás llegaría a su cúspide, el Eibar ganó la Segunda División y accedió finalmente a Primera, donde llegó como cenicienta y terminó estableciéndose a pesar de haber quedado en puestos de descenso tras su primera campaña, pero por descenso administrativo del Elche, pudo permanecer y ha llegado a ser un club acomodado y que evita el descenso durante las siguientes dos campañas que ha tenido en el nivel más alto de competencia del fútbol español y todo empezó con la inspiración de un jugador nacido en Eibar, Pedro Mandiola.