Fue una fácil transacción para el Submarino Amarillo en su propio césped en lo que fue apenas el segundo partido de Javier Calleja al mando del club. Una victoria en casa sería la mejor forma de debutar en competencia liguera para quien hace una semana dirigía al filial. El juego del Eibar no fue el mejor, sigue demostrando las mismas cadencias de las jornadas anteriores y no parece levantar cabeza, prueba de ello es la posición que ocupan antes de irse a la semana de parón. 

Los locales probaron estar a la altura del reto, enfocados en el juego colectivo y con mucha asociación entre los jugadores. Los carrileros subían para generar más peligro y causando un balance óptimo. Una de las mejores chances creadas al inicio fue entre Bakambu y Jaume Costa en la frontal del área, luego una asociación con Castillejo que optó pasar el esférico a Mario que llegaba desde atrás para disparar, desviado, pero demostrando la química que poseía el equipo amarillo. Fue un buen inicio con mucha posesión y consiguiendo encerrar al Eibar en su zona.

A los 25 minutos empezó el festín de Bakambu. Trigueros le puso un centro, el congoleño arrancó con velocidad y ante la salida de Dmitrovic decidió elevarla con una vaselina, Juncá aún intentó evitar que la pelota ingresara, pero su barrida fue en vano. El Eibar no demostró tener mejoría, incluso, mostraron más nerviosismo tras el gol y a poco estuvieron de encajar nuevamente. Inui tuvo más iniciativa que otros, buscaba dar los mejores pases cortos y centros al área, pero no logró mejorar las circunstancias previas al descanso. 

El conjunto armero arrancó con mayor iniciativa la fase complementaria, pujando a la defensa contraria para que cedieran el balón cuando no lo tenían y ejerciendo mayor presión. La fórmula solo duró siete minutos tras la salida de los vestuarios, entonces, Bakambu recetó su segunda anotación de la tarde. Acción iniciada con una buena apertura de Rodri, asistido por Sansone desde el lado derecho del área y sin ningún defensa que interceptara el balón venenoso del italiano; Bakambu llegó barriéndose entre Capa y Juncá para mandar al fondo su segunda anotación. Tras hacer la asistencia, Sansone tuvo una acción similar a la del segundo gol, intentó conectar con su compañero en el ataque, pero su servicio se estrelló con la defensa del visitante. Minutos después se fue reemplazado por Carlos Bacca. 

El partido del congoleño estuvo para firmar al menos cinco goles. Tuvo una colaboración con Fornals que permitió al ariete quedar mano a mano con Dmitrovic, pero se quedó sin espacio y no convirtió su oportunidad. Pero el destino le tenía prometido un hat-trick sobre el Eibar que había bajado los brazos ante el buen partido colectivo del equipo de Calleja. El tercero y definitivo llegó por la vía del penalti, causado por Arbilla, sobre Castillejo cuando este recibía otro pase letal de Fornals, el central derribó al malagueño y Melero López no dudó en otorgar la pena máxima. Bakambu no tuvo que pedir permiso y tomó el balón con autoridad para cobrar el penalti. El disparo fue bien colocado al lado izquierdo del portero, con mucha calma y contrario al lanzamiento del serbio. 

En la recta final se bajó la intensidad, no ofreció más el Villarreal y el Eibar solo pudo amenazar con un disparo de Jordán al travesaño, el de Regencós había ingresado por Peña para dar empuje en los últimos minutos. Ganó con facilidad el equipo de Castellón que mejora imagen y se ubica en la primera mitad de la tabla, dejando a los armeros en el puesto 18, con amenaza de descenso.