El gol no llega, y la precupación aumenta. Mendilibar no acaba de dar con la tecla ni en ataque, ni en defensa. Además, las opciones goleadoras del Eibar pasan, mayormente, por las botas de Sergi Enrich, Kike García y Charles Días, rematadores que no están acertados.

Sin juego, no hay goles

El Eibar no está logrando hacer su fútbol. El de los tres pases y gol; el que tantas alegrías les ha brindado y el que, sobre todo, destaca por su efectividad. Al más puro estilo José Luis Mendilibar. El técnico vasco suele apostar por un juego sencillo, de pocos toques. Le gusta llegar al área rival con dos o tres pases, no más. Es por ello que, si la idea no cala, o no se ejecuta sobre el verde, los resultados y con ellos, los goles, no llegan.

En busca de soluciones, Mendilibar probó por cambiar de formación el domingo pasado ante el Deportivo de la Coruña. Pasó de su característico 4-2-2-2 al novedoso e innovador 5-3-2. Con tal esquema puesto en liza, las intenciones del míster son claras. Fortalecer la zaga con un central más; dar metros por recorrer a los laterales, convirtiéndolos en carrileros; tener mayor control del esférico con tres centrocampistas; y por último, mantener la dupla atacante para poder contar con dos rematadores, como mínimo, dentro del área. Sobre el papel, la formación se adapta al estilo de jugadores que conforman la Sociedad Deportiva Eibar, pero está por ver si la utopía pasa a ser una realidad​.

Pólvora mojada

Es cierto que el juego no está acompañando, pero los arietes están contando con múltiples oportunidades de gol, y no están acertando. Ante el Real Club Celta de Vigo; por ejemplo, en la primera mitad se pudo ver a un Eibar ambicioso y con hambre de gol, pero que desaprovechaba oportunidades como churros.  Atacaban por banda, colgaban centros, pero ni con la testa, ni con lo piés, llegaba el gol.

Esta está siendo la tónica habitual del Eibar últimanente. La de no encontrar ni su juego, ni los goles. Es por ello que, los de Mendilibar necesitan mejorar en cuanto a juego se refiere para hacer que los resultados y los goles, llegen de una vez por todas.