El camino trazado hacia el tesoro era el bueno, pero los armeros lo dibujaron tarde en el mapa, y no consiguieron penetrar en el sólido bloque que formó el equipo de Juan Carlos Unzué. Los eibarreses trataron de desarmar a la formación celeste por las bandas, pero se toparon con el último hombre de los gallegos bajo palos: Sergio Álvarez. El guardameta de Catoira salvó, una vez más, los muebles de una defensa reacia a los centros impuestos por las bandas armeras. Con un seguro en la portería, los gallegos consiguieron resistir durante todo el partido, y justo al filo del remate del encuentro, Iago Aspas sentenció el pase a octavos de final del club celtiña.

Se presentaba una noche fría y pasada por agua en Balaídos, escenario al que ya están acostumbrados los hombres de Mendilibar. Un escenario que les hizo sentirse como en casa, y que se notó en el juego que propusieron los vascos. El entrenador de Zaldívar planteó un partido como los dos anteriores, con un juego que radica en el ataque por la banda; pero rotando a gran parte de los jugadores en el campo.

Destacó la inclusión del canterano Sarriegi, que poco a poco se va haciendo un hueco en la plantilla. Pero Imanol no fue el único canterano que jugó esta noche. Azkue saltaría al terreno de juego sustituyendo a Jordán en la segunda parte. La cantera comienza a coger peso en el planteamiento de Jose Luis Mendilibar, pero quizá no era el mejor partido para incluir a estos jugadores en su estrategia.

Primera parte

El encuentro comenzó igualado, con ambos clubes plantándose conservadores y seguros, pero sería la SD Eibar quien cogería los mandos del partido desde el principio. Su presión no era elevada, pero a comparación del pobre juego que planteaba el equipo local, bastó para imponer su estilo en el estadio vigués. De hecho, pudimos observar como el club vasco dominaba claramente en cuento a posesión, algo a lo que no nos tiene acostumbrado el equipo eibarrés.

Frente a ellos, un Celta de Vigo sin ideas. Con una nefasta salida de balón, que no conseguía sobrepasar el rígido centro del campo del Eibar, conformado por un soberbio Jordán y su escudero Sarriegi. El juego del club local se veía reflejado en su delantero. John Guidetti, que gozaba de una oportunidad para demostrar su calidad, corría y presionaba en solitario, y apenas recibió el balón en la primera parte.

A pesar de que los visitantes dominaban claramente, las oportunidades no llegaban. El balón estaba circulando constantemente en tres cuartos del campo contrario, y los jugadores eibarreses no conseguían abrir espacios en la línea defensiva celtiña. Un Eibar muy poco creativo, al igual que predecible, que se vio suprimido por la falta de puntería de cara al gol.

Segunda parte

La segunda parte prometía más desde el inicio, con un juego más vertical y dinámico. Ahora los dos equipos mantenían un pulso por retomar el control del partido. Pulso que acabó llevándose, nuevamente, la SD Eibar. Y, en esta ocasión, la puntería no sería la rémora del Eibar para adelantarse en el partido, pues las ocasiones de gol se comenzaron a suceder a partir del minuto cincuenta. En este caso, era ‘O gato da Catoira’ el que impedía al Eibar meterse de lleno en la eliminatoria.

Una y otra vez se encontraban los delanteros con el guardameta gallego, que firmó un papel impecable salvo por algún desliz que podría haber propiciado un gol del Eibar. Primero, fue Charles quien vería su objetivo de marcar frustrado, con una gran parada, propia de balonmano. Luego sería Bebé el que probaría, después de una fenomenal jugada del cuadro vasco, pero otra vez Sergio sacó a relucir sus brillantes reflejos. Ataque tras ataque, el portero desmantelaba toda ocasión, y Mendilibar se desquiciaba en el área técnica. Después de todas estas ocasiones, el partido recupero su ritmo inicial, y no sería hasta el tramo final donde se desequilibraría esta situación.

Llegando a los últimos 10 minutos del encuentro, Mendilibar daría entrada a Azkue, y planteaba así un centro del campo formado por dos canteranos de la localidad guipuzcoana, algo nunca antes visto en la era de Primera División. Una bonita situación, pero desafortunada, pues sería la veteranía la que se impondría a la inexperiencia. Aproximándonos al final del partido, Iago Aspas acabaría sentenciando la eliminatoria. En su conducción hacia la portería del Eibar, Dmitrovic se entrometió en su trayectoria, pero el delantero de Moaña supo usar sus armas y empujó hacia delante el balón, forzando así el penalti del portero serbio. Un penalti que transformaría en el único tanto del partido, y cerraría así la presencia de la SD Eibar en la Copa del Rey 2017-18.