La ilusión y la Copa tienden a ir de la mano. Es una oportunidad, una competición que permite a clubes de menor entidad dar la campanada. Sin ir más lejos, el Lleida y el Formentera han hecho lo propio, imponiéndose a la Real Sociedad y al Athletic Club de Bilbao, respectivamente. En definitiva, la Copa brinda a los "pequeños" el derecho a soñar.

El Eibar quería encomendarse a ese sueño, a esa ilusión para hacer algo grande en la competición. Sin embargo, han caido a las primeras de cambio. No han podido demostrar su potencial y han propiciado la clasificación de un Celta que no hizo tantos méritos en la vuelta como el propio Eibar. El Celta o mejor dicho, los goles perdonados del Eibar, han derivado en la eliminación armera y por consecuencia, en la desilusión azulgrana. La hinchada se encontraba entusiasmada con la competición y soñaban con hacer heróicas hazañas.

Vuelta a realidad

Con un global de 3 a 1 en la eliminatoria ante los celestes, los de Mendilibar se ven obligados a volver a la realidad, a su realidad. Es cierto que, ha habido una eximia mejora, pero no más lejos de la realidad, el Eibar cuenta con tal solo 14 puntos y se encuentra en décimo quinta posición. Números que no invitan al optimismo, pero sí lo hacen los últimos resultados cosechados. 2 de 2 para los armeros. Pleno de victorias en los últimos choques ligeros y las sensaciones mejoran de manera paulatina. La irrupción de Iván Alejo y Charles Días hacen creer a una afición desvanecida y falta de ilusión.

Renovarse o morir

Conscientes de la duración de esta nuestra liga, la SD Eibar se ha puesto manos a la obra en los despachos llegando a realizar su primer movimiento. Con el mercado invernal recién inaugurado, el Eibar ha hecho oficial la contratación de Fabián Orellana. Llega cedido con opción de compra obligatoria, en caso de salvación. El chileno es uno de los factores que renueva la ilusión de la hinchada. Son muchos los motivos que hacen soñar al Eibar; entre ellos: el hecho de competir en un solo torneo, la buena dinámica cosechada, la irrupción de Alejo y Charles y por último, el fichaje de Orellana, llamado a ser el nuevo Pedro León.