En la directiva de la SD Eibar, los integrantes podrán tener unas bonitas fiestas a sabiendas de que, un año más, han salido flagrantes de sus oficinas. Una vez más, han roto cualquier tipo de estereotipo basado en el balance calidad-precio que siempre se impone, creyendo que estas dos condiciones son directamente proporcionales: a mayor cantidad invertida, mayor calidad tendrá el jugador. Ya habían desmitificado esta afirmación hace unos años con la compra de un interior exótico y plenamente futbolero, como es el caso de Takashi Inui. No estaban obligados a, una vez más, demostrar que este principio en los mercados del fútbol no es cierto, ni mucho menos.

Y aún así, han logrado superarse, una vez más. Recordemos que, con el japonés, desembolsaron alrededor de medio millón de euros, por un futbolista de 27 años. En el caso del compañero de la otra banda, Iván Alejo, la directiva gastó 300 mil euros por el joven vallisoletano de 22 años. Proyección y calidad, al menor precio posible. Negocio redondo por parte de Fran Gargaza y su equipo. Según el jugador se incorporó a las filas de la entidad vasca, la afición ya comenzó a ver como, los colores y el escudo de su equipo, volvían a estar en buenas manos. O en este caso, en buenos pies.

La banda, el hábitat natural

Suele ser una seña de identidad, de jugadores de nivel mundial, el conducir el balón con el exterior del empeine. Jugadores como Messi o Robben, maestros en el dribbling frente a los adversarios, son reconocidos por, como se suele decir, ‘llevar el balón cosido al pie’. Es un tipo de conducción bastante elegante y atractiva, pero agresiva. También es arriesgada, pues hay que tener un control bastante riguroso sobre el balón para hacer que los defensores caigan en tu juego. Esta es la cualidad de Iván Alejo.

Pero esta habilidad no es nada sin un juego veloz y una aceleración y velocidad elevadas. Algo que tampoco preocupa al extremo castellano-leonés, que se defiende muy bien en las carreras frente a los laterales rivales. Además, el hecho de tener una velocidad tan trabajada le permite llegar a los balones en profundidad perfectamente, algo que ha demostrado a lo largo de este año, tanto en su etapa en el AD Alcorcón, donde era una de las piezas base en el ataque de los madrileños; como en su corta estancia en Eibar, donde ha dejado patente su gran desborde.

De hecho, el único gol que ha marcado en la Liga Santander ha sido gracias a su velocidad, con la que pudo superar a Hermoso para batir, de primeras, a Pau López.

Su lastre

Sin embargo, no todo ha ido como le hubiese gustado a Iván Alejo. Desde su llegada a Eibar, el extremo derecho ya ha sufrido dos lesiones, que lo han tenido apartado del campo durante 63 días. La más grave de ellas, la lesión que sufrió en la rodilla en el partido frente al Sevilla FC, después de apoyar mal en la disputa por un balón aéreo. Pero esta no es la primera vez que sufre una lesión de larga duración. De hecho, hace unos años, cuando disputaba partidos con la camiseta del Villarreal B, estuvo durante cuatro meses apartado por una lesión. Uno de los deseos para este 2018 será, seguro, que las lesiones no supongan un impedimento para seguir desarrollando su carrera.

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