Los inicios de temporada nunca son fáciles para ningún equipo modesto en la primera división española. Los bailes de jugadores en verano suelen ser constantes, y el Elche no quedó al margen en este mercado estival. Más de una decena de altas y el mismo número de bajas con tan solo 900.000 euros invertidos en la nueva plantilla. Frente a la descomposición y la metamorfosis en los jugadores se estableció la figura del técnico, Fran Escribá, que iba a estar al frente del club por tercer año consecutivo. Ya lo dejaba claro el míster a principio de liga, “Vamos a sufrir lo mismo que la temporada pasada”.

Una temporada de menos a más

Y es que el guión de la película empezaba mucho peor que el de la pasada campaña. Tras nueve jornadas disputadas los franjiverdes solo sumaban cinco puntos, gracias a la victoria conseguida ante el Rayo Vallecano en la tercera jornada. Las críticas llegaban a la ciudad valenciana, pero con la cautela del difícil calendario que habían sobrepasado los hombres de Escribá, enfrentándose a rivales muy complicados como Real Madrid, Barcelona, Sevilla o Valencia. Pese a las predecibles derrotas ante estos adversarios, algún tropiezo en casa ante conjuntos frente a los que al menos se debía puntuar, como en los casos de Celta y Eibar, dejaba patente que la dinámica del equipo no estaba siendo la adecuada.

Cinco puntos en nueve jornadas podrían hacer peligrar la continuidad del técnico, que por el contrario, iba a tener la confianza de la cúpula directiva del Elche y además y lo más importante, de sus jugadores. Los resultados seguían sin llegar en las jornadas venideras y los pinchazos ante equipos directos continuaban siendo una constante. La jornada dieciocho pudo ser uno de los puntos de inflexión de la temporada para los ilicitanos. Las dos victorias consecutivas ante el Athletic Club en San Mamés y en casa por la mínima ante el Levante, dejaban al Elche fuera de la zona de descenso al acabar la primera vuelta, y lo que es más importante, con síntomas de haber mejorado en el campo.

La segunda vuelta poco se iba a parecer al comienzo de la primera para los alicantinos. El doble de puntos en las mismas nueve jornadas le daba un mayor respiro a un equipo que había dejado atrás la zona de descenso hace ya varias fechas. No obstante el territorio peligroso aún no quedaba muy lejos y se podía ver por el retrovisor muy cerca a los equipos que perseguían la salvación. Solo había una manera de no sufrir de aquí a final de temporada, engancharse a la regularidad. Cuatro victorias y un empate en los siguientes siete partidos y una salvación muy barata esta temporada, que a falta de dos jornadas se prevé en no más de 35 puntos, iban a certificar matemáticamente la permanencia del equipo blanquiverde.

La historia da confianza a una posible consistencia en el proyecto

Una salvación que por consiguiente le da la oportunidad de continuar un año más en primera división, el cuál será el tercero consecutivo. Una hazaña que los alicantinos solo habían conseguido dos veces más en su historia. Fue en el final de la década de los cincuenta, temporada 1959/60, cuando el equipo valenciano aguantó durante doce campañas en la élite del fútbol español, descendiendo finalmente en la 1970/71. Pronto regresarían en la temporada 1973/74 para mantenerse esta vez durante cinco temporadas, hasta consumar su descenso en la 1977/78. Tras estos dos periodos en primera la continuidad en la misma no se iba a dar, convirtiendo al Elche en un equipo ascensor que no conseguía aguantar más de una año en la cima del fútbol español.

La estabilidad deportiva nunca es fácil en un equipo humilde que llevaba muchos años sin pisar la primera división, y la confianza en un proyecto manteniendo al entrenador que devolvió al equipo a lo más alto ha sido clave para la permanencia del Elche CF. Un año que no ha sido fácil con temas extradeportivos que han podido descentrar a la plantilla y que sin embargo les han hecho más fuertes dentro del terreno de juego. Después de tocar fondo en la jornada 17 ante el Málaga el equipo se rehízo y fue mucho más solidario hasta el punto de conseguir la salvación.

“La clave del éxito de esta temporada ha sido tener un grupo fuerte”, palabras de un Fran Escribá satisfecho tras sellar la salvación en la jornada 35 en Málaga. Un grupo que se ha sobrepuesto a las adversidades y que ha conseguido la permanencia matemática con tres jornadas de margen, de las cuáles aún quedan dos en las que el Elche podrá disfrutar del trabajo bien hecho. Ya solo queda empezar a planificar la temporada que viene para que el equipo siga creciendo y consiga de nuevo la permanencia en primera división. La plantilla y el cuerpo técnico han sabido mantener la cabeza fría en los momentos difíciles, consiguiendo decantar la balanza en favor de la necesidad de sacar resultados y de brindarle a una excelente afición, otro año del mejor fútbol del mundo.

VAVEL Logo
Sobre el autor
Guillermo de Marcos
Periodista. Fútbol Club Barcelona, fútbol italiano y balonmano. Allá donde haya un balón.