Thievy Bifouma dibuja una historia atípica dentro del fútbol moderno. Jugador de las categorías inferiores del Estrasburgo, aterrizó en Barcelona en el verano del 2010 para participar en la iniciativa “Draft RCDE”, una acción novedosa que consistía en reclutar durante una semana jóvenes talentos de diferentes sitios, para que fueran avaluados por los técnicos.

Y Thievy ganó su primera batalla. Su desparpajo, rapidez y explosividad le hicieron valer un sitio en el Espanyol.

Por su edad, empezó jugando en el Juvenil A de División de Honor. Pero bien pronto se vio que le quedaba pequeño y debutó con el filial periquito, que militaba en la Tercera División. Y su meteórica progresión, siguió su curso con su debut en Primera División. Mauricio Pochettino le brindó la oportunidad de hacerlo un 13 de marzo de 2011 para disputar los últimos tres minutos ante el Deportivo de la Coruña.

En agosto, siguió mostrándose en una verdadera exhibición en un derbi. RCD Espanyol y FC Barcelona disputaron la final de Copa Catalunya, en que Thievy completó un excelente partido con un hat-trick incluido. Esta evolución, le sirvió para hacerse un hueco en la siguiente temporada, donde alternó su trayectoria entre el filial y el primer equipo.     

Y después de sus actuaciones en el conjunto profesional, donde mostró destellos de su calidad pero también que tenía algunas facetas del juego a mejorar, el cuerpo técnico creyó oportuno que saliera cedido para ganar experiencia y ver su progreso. Y aquí es donde entra su gran temporada en Las Palmas. El técnico Sergio Lobera, confió en él para comandar la parcela ofensiva y desde el principio aprovechó su oportunidad. Jugando en la punta de ataque, se erigió como uno de los jugadores más incisivos del equipo y destacó en el conjunto de la categoría de plata, donde marcó 11 goles y también mostró sus buenas maneras como asistente.

La oportunidad soñada

Lo que estaba claro era que después de su notable temporada en el conjunto canario, Thievy Bifouma cumpliría el sueño de tener un contrato profesional en la máxima categoría. Y novias no le faltaron. Equipos de España y de fuera, se interesaron por su situación y el Espanyol, conocedor que en 2014 terminaba contrato, quería ligarlo. Y tras varias negociaciones, se llevaron la alegría de retener a un jugador de futuro, pero también de presente. Y el propio jugador, es el primer encantado de cumplir su sueño. Seguro que dará todo lo que tiene para mostrar su potencial.

Sus características y virtudes

Es un jugador explosivo, rápido y desequilibrante. Se puede desenvolver como delantero centro, de segundo delantero o en alguna banda partiendo hacia el centro. Le gusta encarar al defensor, aprovechar su velocidad y definir de primeras. Tiene mucha movilidad, lo que hace menos previsible el ataque del equipo y genera dudas a la defensa rival. Le gusta asociarse con sus compañeros. Además, es un jugador luchador y sacrificado. Ataca y defiende como el primero.

Con todas estas virtudes, no cabe ninguna duda que Javier Aguirre sabrá encontrarle un hueco en el equipo. El estilo del técnico mexicano, partidario de un fútbol ordenado y directo, seguro que beneficia al futbolista franco-angoleño. Podría formar una dupla interesante con Sergio García o incluso ocupar el hueco que ha dejado Joan Verdú en la media punta.  

Puliendo sus carencias

Cuando debutó con el primer equipo de mano de Mauricio Pochettino destacó por su fuerza y velocidad. Pero también dejó en evidencia que tenía unos defectos a mejorar, normales en un chico de su edad. A veces, su precipitación con el balón, llegó a desesperar a una grada huérfana de referentes. Su ímpetu le hacía jugar demasiado acelerado en otras ocasiones… pero su cesión ha servido para paliar dichos déficits. Quizás no perderá el ímpetu y tendrá pecados de juventud, pero a nivel futbolístico ha mejorado mucho sus prestaciones. Más rodado, más confiado, más maduro.

Su futuro

Quizás el club intente reforzar hasta el último momento la parte ofensiva del equipo, pero nadie duda que Thievy ha llegado para quedarse y demostrar que tiene sitio. Es joven, ambicioso y no le faltan ni ganas ni calidad para afianzarse en la máxima categoría. 

Su futuro vislumbra luces claras, marcadas y directas. Ha llegado para alcanzar un sueño, tiene potencial y ganas de triunfar y ahora solo falta el ingrediente principal: la suerte. Que será la de todos los aficionados a este club, que vuelvo a remarcar, necesita referentes para volver a ilusionarse.

Foto 1: Ignasi Paredes

Foto 2: www.udlaspalmas.net