Muchas veces la magnanimidad se encuentra en las cosas pequeñas, en muchas ocasiones los más grandes futbolistas son aquellos que más desapercibidos pasan, que más se esconden que menos glamour tienen, pero que más se esfuerzan y más luchan. Esto no es una teoría, es una realidad. Se sabe y se habla de un nuevo futbolista que presenta estas características, humilde, trabajador y con mucho talento en sus piernas y en su cabeza. Juega en Barcelona pero no en el Barça, y si no me he equivocado tiene talento, mucho talento. Se llama Rubén Herraiz, Rufo para el mundo,  juega en el juvenil del Espanyol y en menos de dos semanas cumplirá diecinueve años. Perico de cuna y blanquiazul de corazón.

Su movilidad, su calidad, su pillería pero sobre todo su gol han hecho recordar al espanyolismo al mejor Raúl Tamudo. Cuando la afición  y las voces populares de los periquitos hablan de un nuevo Tamudo quiere decir que hay que ponerse serios. Hay que recordar que Tamudo es el máximo goleador en la historia del club, goleador en goles, en sonrisas y en alegrías. Ocupa varias páginas en la historia de esta entidad y un hueco en cada corazón blanquiazul.

La gran temporada del juvenil ha hecho brillar  a esta estrella escondida, el Espanyol lidera la clasificación perseguido por un Barça lleno de ganas y ambición, se presenta una entretenida segunda vuelta. Rufo es el máximo goleador de este equipo, el que asume las responsabilidades y lleva al Espanyol a la cima de la Liga. Todo esto respaldado por un gran equipo, lleno de jugadores trabajadores y de un grupo muy unido.

Rufo no tiene la potencia ni la envergadura de Thievy, Álvaro, Pandiani o Bakari pero al fútbol se juega con un balón (algunos se piensan que esto es atletismo) y el delantero está para meter  goles cosa que Rufo hace mejor que nadie, sabe jugar al fútbol, tiene desborde, técnica y un control que deslumbra a los cazatalentos. Su zurda nos recuerda a la de los  grandes jugadores que en los últimos años han ocupado la banda izquierda en el fortín perico, Nené y Riera entre otros. No es delantero puro, pero sí el mejor asociado, suele jugar por detrás del nueve y en alguna ocasión por banda.

Pochettino lo tiene en su mente y su debut no tardará en llegar, durante el día juega en el juvenil pero durante la noche sueña con el primer equipo, como viene haciendo desde los diez años que lleva en la familia blanquiazul. Pero su edad parece que atrasa la fecha que tantas noches ha estado esperando, quieren que crezca progresivamente que no se salte ningún escalón en el camino hacia el primer equipo. La otra pega, su altura, contra la que ha estado luchando desde sus inicios en este incierto mundo del fútbol, tardó en dar el estirón y este retraso le costó disgustos y sufrimientos que le han curtido y le han hecho más fuerte para luchar contra los obstáculos. Ahora con diecinueve años y metro setenta y cinco  ha decido poner todo de su parte para pisar cuanto antes la alfombra de Cornellà. Su caso recuerda a los mejores, Cesc debutó con 16 años y Messi, Xavi e Iniesta no superan el metro setenta. Pero sus colores son otros y eso lo tiene muy claro.

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