Con tremenda ilusión afrontaban los periquitos este primer partido de liga. Durante el verano, habían surgido fichajes emocionantes, nombres de prestigio y, sobre todo, la llegada de un entrenador que cambiaría radicalmente el juego del equipo, Quique Sánchez Flores. Y así fue. El Espanyol fue capaz de marcar cuatro goles en el Sánchez-Pizjuan, cosa que en la temporada pasada era imposible imaginar, ya que los encuentros de los periquitos acababan como máximo con un tanto a favor. Lo que todavía no ha podido cambiar el míster madrileño es la zaga defensiva del equipo blanquiazul, que encajó nada más y nada menos que 6 goles.

Tras ver el resultado, se puede deducir que fue todo un caos. Y es que el partido se define así, como un elogio a la locura, lleno de goles, de idas y venidas, de demencia, un elogio al futbolín.

El Sevilla salió con tres defensas y el Espanyol, con dos hombres que parecía incansables: Baptistao y Piatti crearon el primer gol, con una excelente jugada por banda del brasileño y una buena definición del ex del Valencia. Y mientras los delanteros marcaban; atrás, Roberto se exhibía: a una escuadra, a la otra, arriba, abajo. Parecía imbatible. Pero en el futbol nada es lo que parece.

Una defensa que hace aguas

Tras ser de los equipos más goleados en la temporada anterior (74 goles en contra), en esta, de momento todo sigue igual. Es evidente que a partir de medio campo hacia arriba ha cambiado todo: tanto jugadores, como resultados. Pero, dejando de lado el fichaje de Roberto en la portería y la recién incorporación con el grupo de De Michelis, en la defensa no ha variado nada. Y ayer se notó con creces. Parece imposible pensar que si un equipo marca 4 goles en el Sánchez-Pizjuán pueda salir derrotado, ¿verdad? Pues eso es lo que ocurrió ayer. El Espanyol va sobrado de goles, pero le falta aprender a no encajar. Y si no fuera por las maravillosas intervenciones de Roberto al principio del partido, podrían haber caído más.

En el minuto 15, Sarabia usó su testa para algo poco común para él: marcar con ella. En el 22, otra vez de cabeza, Vietto anotó el segundo. Posteriormente, otra vez (sí, otra vez) el balón llegaba por arriba, se quedo muerto en el área, y Vietto aprovechó para sumar el segundo en su cuenta personal.

Kiyotake marcó el último gol del Sevilla | Foto: La Liga
Kiyotake marcó el último gol del Sevilla | Foto: La Liga

En la segunda parte gobernó un hombre que nunca levanta la voz pero sí la zurda. El Mudo Vázquez le cambió la combinación al balón y era el único que sabía manejarlo. Marcó el 4-3 con un toque sutil. Ben Yedder se estrenó transformando un regalo de Sarabia y Kiyotake marcó su primer tanto tras una buena asistencia de Vázquez.

Una delantera que promete

Si algo bueno se puede extraer del partido de ayer, es que el equipo tampoco dio tan malas sensaciones. Este equipo tiene gol, pero, como se ha dicho antes, tiene que poner orden en la zona de atrás. La defensa de Quique hizo aguas una y otra vez, pero sabía que yendo a intentar robarle la bola a Sampaoli a su área, le podía hacer daño. Era arriesgado, ya que si el Sevilla pasaba esa primera línea de presión se encontraba con una superioridad que le permitiría seguir marcando. Pero llegó dos veces a la trampa y salió perjudicado. Hernán Pérez y Víctor Sánchez llevaron la locura al electrónico antes de acabar la primera parte.

Celebración del gol de Víctor Sánchez | Foto: La Liga
Celebración del gol de Víctor Sánchez | Foto: La Liga

En la segunda mitad, Gerard Moreno equilibró un poco la balanza y en el minuto 80, puso el 6-4 final en una jugada marca de la casa: robó el balón, hizo bailar a Mariano hasta que se cansó, se deshizo de él y anotó el último gol para la zaga perica.

Tiempo al tiempo

Si bien es cierto que quedan muchas cosas por mejorar en el equipo de Quique Sánchez Flores, también cabe decir que estamos tan solo en el primer encuentro de la temporada, hay margen de mejora. Por no decir que restan 10 días en el mercado de fichajes y toda la afición perica tiene las esperanzas puestas en que se incorpore, como mínimo, un nuevo central y un lateral. Así que habrá que tener paciencia con este Espanyol y confiar en que el trabajo duro dará sus frutos más adelante.

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