La Dani Jarque no da puntos al Espanyol B y solamente hace que dejar expulsados. Primero fue Pipa y el segundo ha sido Iago Indias. El central espanyolista no acabó la primera parte en una acción muy polémica y que cambió el curso del partido. Aun así, el filial blanquiazul se sobrepuso a los problemas que le planteó el Badalona y estuvo a punto de llevarse parte del pastel.

El Badalona llegaba a territorio espanyolista sin haber recibido gol. David Gallego ya había avisado que para hacer daño a los escapulados iba a ser necesaria mucha paciencia. No le iba a faltar razón. Eso sí, se olvidó de apuntar que también harían falta uñas.

Los visitantes formaron líneas rocosas, difíciles de traspasar. El Espanyol B tuvo que ideárselas para generar ocasiones de peligro. Hubo pocas para ambos conjuntos; sin embargo, los escapulados llegaban con más peligro y continuidad. El filial periquito estuvo dirigido por un Óscar Melendo con un imán en las botas y otro que atraía todos los golpes de los rivales. Iván Agudo fue la más clara referencia del Badalona pero los periquitos se cortaron a la hora de robarle el balón por lo que el eléctrico jugador tuvo bastante libertad.

Al filo del intermedio un contragolpe desató la polémica. El Badalona consiguió filtrar un pase entremedio de la línea defensiva, que estava en el centro del campo, para que Agudo corriera al espacio. El atacante escapulado inició la marcha pero Iago Indias, que parecía que no lo iba a alcanzar, llegó por detrás a grandes zancadas. El central blanquiazul, que estaba justo detrás de Agudo, esquivó las piernas de su oponente para situarse en el lado izquierdo. Iago le rebañó el balón a Agudo cuando este se disponía a batir a Ualoloca pero el atacante cayó y el colegiado señaló penalti y expulsó al espanyolista. Musa transformó la pena máxima.

Musa fue el encargado de transformar el penalti escapulado.
Musa fue el encargado de transformar el penalti escapulado.

En inferioridad numérica el Espanyol B sufrió algo más en el segundo tiempo. Los visitantes pusieron una marcha más para sentenciar el encuentro. A los pocos minutos del inicio del partido Lluís López recibió el balón para perderlo ante la presión de Agudo. Esta vez el atacante sí pudo marcarle a Ualoloca con una vaselina medida.

La épica se quedó corta

El partido parecía acabado. El Espanyol B iba perdiendo por una diferencia destacable y, encima, estaba con uno menos. La remontada se antojaba, cuanto menos, poco probable. No obstante, la filosofía periquita impedía dar por perdido el encuentro. Carles Soria, un reflejo certero del incorformismo periquito, conectó una volea en la frontal del área para ponerle emoción al partido.

La alegría duro muy poco a los locales. En la jugada siguiente, con el Espanyol B volcado a por la remontada, el Badalona volvió a sorprender. Bruno empujó a placer el esférico para hacer el tercero de los escapulados.

El gol de Torito despertó al Espanyol B.
El gol de Torito despertó al Espanyol B.

A partir de ese momento el partido entró en una realidad paralela. La táctica dio paso al desorden. Y el desorden llevó a unos minutos frenéticos en los que pudo pasar cualquier cosa. El Espanyol B consiguió provocar un penalti que Morales le paró a Rufo. Poco más tarde una jugada que parecía condenada a morir en las manos del portero visitante acabó dentro de la portería tras un cabezazo de Cristo.

Solamente quedaba el añadido, que a todo el banquillo blanquiazul le pareció escaso por las numerosas pérdidas de tiempo, y al Espanyol B le fue concedida la última ocasión. Adri Rivas se plantó delante de Morales forcejeando con su defensor. El atacante consiguió rematar duro y abajo. Mientras un sector de la Dani Jarque cantaba el gol el portero del Badalona iba detrás de la portería a buscar el balón. No había sido gol. Y, entonces, se pitó el final.