Espanyol y Celta se veían las caras por primera vez en la temporada. Ambas escuadras llegaban al encuentro tras ganar en la jornada anterior su primer partido del curso. Pese a que el Celta llegaba con las estadísticas en su contra, consiguió vencer a un Espanyol, que sigue sin una identidad de juego, y romper la mala racha en templo perico con un tanto de Giussepe Rossi y otro de Pione Sisto en los minutos de prolongación. 

Al mal tiempo, mal juego

El cielo se tornó gris, la tormenta eléctrica acechaba y parecía un presagio de lo que se iba a ver en el verde del RCDE Stadium. Arrancó el encuentro y el esférico empezó a rodar. El Celta fue el encargado de sacar de medio y tener el dominio de la pelota. Sin embargo, la posesión del Celta acabaría siendo una posesión totalmente estéril y sin conseguir llegar con peligro al área del guardameta local, Diego López.

El Espanyol parecía estar a gusto esperando a su rival, bien puesto, compacto y cerrando todas las líneas. En algunas ocasiones, la presión sobre los futbolistas celestes era notable y el Espanyol, consiguió robar el esférico y montar el contraataque aprovechando la velocidad de Leo Baptistao. Sin embargo, los periquitos fueron incapaces de aprovechar la superioridad al contraataque y no fue hasta el minuto 27 cuando el mismo delantero brasileño conseguiría empalmar un balón que despejaría Sergio Álvarez, y que se convertiría en el primer tiro a puerta con peligro del partido para ambos conjuntos. 

Foto: RCD Espanyol
Foto: RCD Espanyol

Los de Quique Sánchez Flores y Berizzo representaron una primera mitad con más miedo a perder que ganas de ganar. El respeto y la poca electricidad en el campo hicieron que llegara el final de la primera mitad de la forma más soporífera posible y sin apenas ocasiones.

Y llegó el final más cruel

Después del poco espectáculo futbolístico visto durante el primer acto, Quique Sánchez Flores decidió mover el banquillo. Saltó al terreno de juego el paraguayo Hernán Pérez por el jovencísimo canterano Marc Roca, que pese a no jugar en su posición (mediocentro) cubrió la posición con mucho oficio pero además se cargó de una amarilla. Los problemas para los blanquiazules se agrandarían a los dos minutos de reanudar el partido. Leo Baptistao debía retirarse por problemas físicos. 

Caicedo fue el elegido para sustituir a brasileño. Sin embargo, no apareció ni fue un revulsivo para su equipo. Hasta el minuto 75 el encuentro seguía el mismo guíon que en la primera parte. Dos equipos con miedo a perder, incapaces de dominar a la escuadra rival ni de crear peligro. Ni Bongonda, ni Wass, ni Pione Sisto, conseguían suministrar buenos balones a un Iago Aspas que se encontraba completamente solo ante la zaga perica cuando recibía el balón. 

Lo mejor del Espanyol en ataque se vivió en los últimos 20 minutos de partido. Un Espanyol que parecía que podría llevarse la victoría tras encerrar a los de Berizzo en su propia área y dos oportunidades de gol: una despejada por Sergio Álvarez a David López y otra situación dónde Gerard Moreno no consigué rematar bien. 

Cuando parecía que todo el mundo daba por bueno las tablas en el marcador apareció la clase de Giussepi Rossi para realizar una maravillosa vaselina y marcar el primer tanto tras una mala salida de Diego López en el minuto 91 de partido. El Espanyol no daba crédito y antes de poder asumir el jarro de agua fría, Pione Sisto, tan solo un minuto después acabaría de destrozar al conjunto periquito culminando un 4 para 2 a la contra. 

Foto: RCD Espanyol
Foto: RCD Espanyol

El Celta se llevó los tres puntos para Vigo, que le valen oro, en un encuentro que lo más justo por mérito de ambos equipos hubiera sido el empate. El Espanyol por su parte, sigue sin ganar ante sus aficionados y cae a las posiciones de descenso, aún sin conseguir transmitir buenas sensaciones dentro del terreno de juego.