Los reyes también sufren. Y el monarca del Grupo 3 no lo ha tenido fácil contra el Espanyol B en la Dani Jarque. El Ebro, líder de la clasificación contra todo pronóstico, supo leer el encuentro y se llevó todo el botín del territorio espanyolista gracias a transformar dos penaltis.

El encuentro comenzó a un ritmo muy alto. No hubo goles en los primeros compases porque tanto Andrés, por parte blanquiazul, como Marqueta, por parte visitante, lo evitaron. Los dos guardametas brillaron para evitar que la balanza se desnivelara tan pronto. El portero del conjunto aragonés evitó el tanto de Pibe, que estaba totalmente solo y con toda la portería para él, mientras que Andrés voló para desbaratar una ocasión de Alain.

Aun así, el Ebro sí logró marcar. Marc Navarro, que volvía a ser titular tras su lesión, estuvo lento en la reacción y cometió un penalti en una acción sin aparente peligro. Kevin Lacruz consiguió batir al guardameta alicantino del Espanyol B con un disparo raso. El filial blanquiazul siguió dominando y generando ocasiones sin la puntería adecuada pues Rufo envió un balón al palo.

Tras el paso por los vestuarios el partido volvió a nivelarse nada más comenzar el segundo tiempo. Marc Gual, que completó un gran partido, consiguió ver puerta tras una estética acción individual. El badalonés, que ha conquistado a los ojeadores del Sevilla Atlético, recibió de espaladas, se coló entre dos defensas dentro del área y batió a Marqueta con la puntera para poner el empate.

El filial espanyolista continuó sin levantar el pie del acelerador y percutió la zaga de un Ebro muy echado atrás. Moustapha no dudaba en ayudar a todos sus compañeros pero aun así el líder del Grupo 3 sufría para parar los ataques del Espanyol B. Torito hacía daño por la banda izquierda, Navarro colgaba centros desde la derecha, Pibe y Latour bailaban con sus defensores y Gual se encontró con el poste.

Más fortuna tuvo el Ebro, que volvió a tener otra pena máxima a favor después de que Manchón llegara tarde al quite. Esta vez el encargado de chutar, y de paso sentenciar el partido, fue el exespanyolista Canario.