La Dani Jarque ya no es lo que era. Los puntos rehuyen al Espanyol B en su estadio. No hay manera de que el filial espanyolista vuelva al camino de la victoria delante de su afición, que desde septiembre no ve cómo los espanyolistas se imponen a sus rivales. Tampoco ha podido ser contra el Mallorca B.

El conjunto balear era todo un reto para el Espanyol B. Los bermellones llegaban a tierras catalanas en una dinámica muy positiva mientras que el filial blanquiazul, sumido en la incertidumbre, trataban de sobrevivir en los bajos fondos de la clasificación. 

La crisis perpetua en la que vive anclado el conjunto espanyolista se hizo plenamente evidentemente en la primera parte del partido. El Espanyol B no supo qué hacer contra los bermellones. La apatía de los periquitos era evidente mientras que el Mallorca B, sin hacer ningún mérito, logró crear las ocasiones suficientes para hacer trabajar a un Andrés Prieto en estado de gracia. 

La campana salvó a un Espanyol B desnortado y ya en la segunda parte el conjunto de David Gallego comenzó a carburar. La posesión y la clara intención de atacar, señas inequívocas del estilo del filial periquito, se hicieron patentes a la vuelta de los vestuarios. Los locales consiguieron imponer su juego y lograron crear oportunidades que no lograron convertir. La poca fortuna era tal que ni siquiera Marc Navarro, todo un especialista a balón parado, pudo convertir un penalti lanzado con potencia y colocación. 

El partido acabó tal y como empezó: sin goles. De esta manera, el Espanyol B consiguió el segundo partido empatado consecutivo, sumó tres encuentros sin ver portería y seguirá una jornada más en puestos de descenso.