El Espanyol B no pudo pasar del empate contra un Lleida Esportiu en plena racha. El filial espanyolista se sobrepuso al tanto inicial visitante gracias a un testarazo de Carles Soria. El fuerte viento fue uno de los protagonistas indiscutibles del encuentro. 

No iba a ser un partido atractivo. No iba a haber demasiadas ocasiones. Solamente iba a haber mucho viento. Y eso iba a afectar al juego de ambos equipos. Ni periquitos ni ilerdenses pudieron hacer nada por someter al balón, que se movía al antojo de la condiciones climatológicas. 

No obstante, el Lleida Esportiu fue el primer en golpear. El conjunto azul se plantó en el área de Andrés y Javi Casares no falló a portería vacía tras recibir un pase de la muerte que Glauder no llegó a despejar. El menudo delantero, al que se le da bien marcar al Espanyol B, lo celebró con su afición. 

El filial espanyolista era consciente que tenía todo el partido por delante para marcar e intentar darle la vuelta al marcador. A base de insistencia, Pipa, muy activo durante el encuentro, logró colocar un centro medido al corazón del área que el incansable Carles Soria, uno de los mejores jugadores del Espanyol B a lo largo de la temporada, se encargó de enviar al fondo de las redes ilerdenses.

Los locales tenían el viento a favor pero no pudieron aprovecharse. Los desplazamientos en largo para buscar la espalda de la defensa no surtieron efecto mientra que los chutes que probaron Álex López o Cristo se marchaban altos. 

Los destellos de calidad de Óscar Melendo crearon espacios, la precisión en el pase en largo de Glauder hizo bascular a la defensa del Lleida mientras que la la organización de Álex López y la voluntad percutora de Soria, Pipa y Bermejo no pudieron hacer nada por mover más el marcador en lo que quedaba de partido.

En los minutos finales el Espanyol B hizo valer su condición de local y su frescura, pese a que David Gallego solamente introdujo un cambio. El filial espanyolista cargó el lado derecho con Pipa y Soria mientras que el carril izquierdo quedaba totalmente libre para las subidas de Aitor Granados, que puso tres balones mortíferos que pudieron significar el triunfo barcelonés: un centro raso al que Cristo no pudo rematar y dos aéreos que ni Rufo y Bermejo pudieron materializar.

De esta manera, el filial blanquiazul, pese al ímpetu final, no pudo pasar del empate contra el Lleida Esportiu, que tuvo pocas ocasiones para batir a Andrés. En este sentido, los pupilos de David Gallego se mantienen una jornada más fuera del descenso aunque poco a poco se van quedando sin margen. Por otra parte, el Lleida Esportiu se mantiene en la zona media de la clasificación.