La Liga descorrerá sus cortinas de la temporada 2017-2018 en solo dos días. Un bálsamo indispensable para quienes sienten el fútbol en la sangre y ya se impacientan con el prolongado asueto de goles y gambetas. Lo cierto es que, tras más de un mes de intenso ajetreo en las oficinas de los clubes, el deporte de las multitudes toca a las puertas en toda España.

Para el Espanyol será una campaña marcada por un único reto, apasionante si se quiere: incluirse en los puestos que dan acceso a competiciones europeas. La tarea será titánica, desgastadora en exceso, sin embargo, desde el club se lo toman con optimismo e ilusión. Son esos dos sentimientos los que acompañan los entrenamientos de la primera plantilla bajo la atenta mirada de Quique Sánchez Flores. Aun así, una inquietud ahoga en cierta medida, y con razón, la ilusión de los aficionados periquitos: la escasa actividad de los blanquiazules en el mercado de fichajes. Conocido es por todos que el límite salarial -maldito límite- ha lastrado cualquier intento de los subordinados de Chen Yansheng en la parcela deportiva de mejorar el plantel. De cualquier manera, hay aspectos que resultan positivos.

Por una parte, es ostensible una ligera mejoría del equipo con respecto al año anterior. La única salida de peso para Quique es la del central Diego Reyes, cuya opción de compra de 7 millones no fue ejecutada, y quien deberá ser suplido por la reciente incorporación espanyolista: el también zaquero central Naldo. Del resto, Caicedo poco aportaba a la delantera y no entraba en los planes del preparador madrileño, por lo que su salida puede catalogarse como una buena noticia.

Por otra parte, llegan jugadores que podrán contribuir muchísimo a la causa blanquiazul. El primero, Esteban Granero, un futbolista con experiencia en clásicos ligueros que viene a reforzar la zona de creación, una ayuda que bien le vendrá a Jurado en la construcción de las jugadas de ataque del Espanyol. Otro que llega es Hermoso, procedente del Real Madrid Castilla. El joven zaguero destaca por su polivalencia, pues puede jugar tanto por el carril como en el centro de la defensa, un jugador que le vendrá como anillo al dedo a Quique para paliar en cierta forma la debilidad que muestra el equipo en labores defensivas.

En resumen, pese a los aires de pesimismo que reinan últimamente en algunos aficionados espanyolistas ante la ausencia de fichajes, se engañaría quien refute que el Espanyol es uno de los equipos llamados a pujar por puestos europeos. Necesitan un defensor para redondear una plantilla solvente y de calidad. El resto lo pondrán Quique y sus ayudantes, especialistas en este tipo de labores.

Desde ahora, inicia una larga aventura que se extenderá hasta mayo, cuando se sabrán por fin los resultados. Los jugadores periquitos no estarán solos. Más de 26 000 fieles ya le han dado, otra vez, su voto de confianza y, desde ya, muchos preparan un ambiente infernal para recibir a los rivales en Cornellá. Europa está en el horizonte. Asaltarla es el propósito.