El Alavés se llevó los tres puntos del encuentro ante el Espanyol gracias a un gol tempranero de Santos. Conseguido en el segundo 45, por ahora es el gol más rápido en lo que va de liga. Con este gol, los albiazules sumaron su primera victoria de la temporada, muy buscada, ya que el equipo se encontraba en la cola de la clasificación. Y el Espanyol, por su parte, no tuvo fortuna. Empezó desconcertado, cosa que le costó un gol, y desde el minuto 39 jugó con diez debido a la expulsión por doble amarilla del defensa Mario Hermoso.

Las alineaciones de ambos equipos no plantearon demasiadas sorpresas. El Alavés optó por el tradicional 5-3-2, mientas que en el Espanyol Quique Sánchez Flores también alineó el clásico 4-4-2 de gala, con Gerard y Baptistao en punta.

Primera parte, decisiva

La primera parte marcó el guión del partido. El Alavés consiguió que en apenas unos segundos de partido el marcador ya se le pusiera de cara. Después de un mal despeje en un córner, Christian Santos remató con la izquierda y el balón entró en la portería de Pau López junto al palo izquierdo. Cara de incredulidad de Quique Sánchez Flores y sus jugadores, que no creían lo que acababa de suceder. El 1-0 se ponía ya en el marcador. 

Los primeros minutos siguieron siendo de desconcierto para los pericos, hasta que a mitades de la primera parte consiguieron entrar más en el partido y apretar hacia arriba. Los blanquiazules empezaron a tener la posesión del balón y dominar, hasta que en el minuto 39 Hermoso recibió la segunda tarjeta amarilla y fue expulsado por saltar y dar con el codo al rival. Claramente el central sufrió la ‘novatada’ de la temporada. A partir de este momento el Espanyol se las tuvo que manejar para aguantar con diez y para ello le vino muy bien el descanso. La primer mitad acabó con unos minutos de mucha tensión por parte de los dos equipos.

El árbitro, clave

En la segunda parte el papel del árbitro fue fundamental, pues su tarea no fue nada fácil. El Alavés tenia claro cual era su objetivo: mantener el marcador tal y como estaba para que los tres puntos se quedaran en casa fuera como fuese. Para ello, no dudo en parar el partido continuamente con numerosas faltas. Y así lo reflejan las estadísticas: por nueve faltas cometida por los pericos, los albiazules hicieron 29, además de recibir siete tarjetas amarillas. 

Esta segunda mitad fue muy física para ambos equipos. Bajo de una intensa lluvia que estuvo presente durante todo el encuentro, el Alavés lucho para sumar, mientras que el Espanyol, con un jugador menos, lo intentó sin fortuna. Quique Sánchez Flores optó por un cambio táctico des del minuto 45 y pasó a jugar con tres centrales: David López en la derecha, Naldo en el centro y Aarón en la izquierda. Pese a que este cambio de táctica permitió cubrir bien los espacios y estuvo bien planteado, pues apenas se notó la inferioridad numérica, no bastó para conseguir igualar el marcador. Pau López también tuvo actuaciones que certifican el gran nivel que está teniendo hasta ahora el joven portero, que evitó algun gol más del Alavés. 

Aunque lo intentaron, los pericos se fueron de Mendizorroza con las manos vacías y con Hermoso expulsado, de modo que no podrá jugar el próximo partido ante el Valencia después del parón. Ante todo, fue un partido duro. Ambos equipos tenían claro lo que buscaban, pero la balanza se decantó para el Alavés des del primer minuto de juego. Los albiazules con una victoria sufrida reciben un poco de aire, que aun así les mantiene en los puestos de descenso. Y los pericos siguen sin ganar lejos de Cornellà – El Prat, aunque se mantienen en media tabla con trece puntos