Desde el momento en que José María Calzón, delegado del RCD Espanyol, sacó la papeleta con el nombre del club perico como rival del Barcelona, el aficionado blanquiazul dio la ronda por perdida. Sin embargo ahora los ánimos son otros. ¿Si se ganó en casa, porque no lograr un buen resultado para pasar a semifinales? 

La vuelta de cuartos de Copa del Rey, se juega en campo rival. Un Camp Nou con sed de venganza, aunque no por ello imposible de vencer. Pues, este mismo estadio ha sido escenario de grandes noches para los aficionados blanquiazules. Noches que pasaron a la historia.

La relación entre los dos grandes de la Ciudad Condal tiene más de 100 años de historia. Más de un siglo de no entenderse, que ha dado para mucho. Y, es muy probable que los historiadores citen el derbi del Camp Nou del 9 de junio de 2007 como uno de los grandes hitos de esta rivalidad, el conocido como 'Tamudazo'.

Ese empate a dos no fue ni una victoria, pero les supo a los pericos como la gloria. Lograron conjurar un gol ilegal de Messi, empatar en el Camp Nou en el 89' y, además, ese empate les sirvió para alejar definitivamente al Barça en su carrera por la Liga porque ese tanto coincidió en el tiempo, casi exactamente, con el de Van Nistelrooy en Zaragoza a favor del Madrid que sentenciaba la Liga para los blancos.

Dos años después, concretamente el 22 de febrero, el hombre que desquició al Barcelona, en su propio estadio, fue el ex azulgrana Iván De la Peña. Dos tantos del centro campista perico hicieron que los blanquiazules lograran 27 años después al Barcelona en su propia casa. 

Sin lugar a dudas, los números están ahí y ciertamente no es que ayuden a creer en una posible victoria o, si más no, un empate, que sirva para clasificar al conjunto perico. Pese a ello, la esperanza es lo último que se pierde, y si algo caracteriza al RCD Espanyol es la rebelión ante los grandes.