En la jornada dos de la UEFA Champions League, el Borussia Mönchengladbach llega con un arranque liguero en el que ha alternado producciones solventes en condición de local (victorias 2-1 al Bayer 04 Leverkusen, 4-1 ante el Wender Bremen y 2-0 sobre el Ingolstadt) y los desempeños inciertos a domicilio (cayó 3-1 contra el Friburgo y empató 1-1 frente al RB Leipzig). A ellos se añade la derrota 4-0 en el debut de la competición continental ante el Manchester City, también como visitante. Contrastando una y otra condición, los alemanes en la campaña pasada solo ganaron cuatro partidos de visitante, empataron tres y perdieron diez. En cambio, como locales ganaron 13, empataron uno y perdieron tres. Es decir, de los 55 puntos solo fue capaz de sumar 15 (el 27%) como visitante.

El equipo de André Schubert destaca por su polivalencia. Tiene en su plantilla jugadores que se pueden desempeñar en más de una posición, lo que le permite ir variando de sistema y adaptarse a cada circunstancia. El míster en más de una oportunidad ha demostrado sus condiciones de reconvertir a futbolistas como Ibrahima Traoré (extremo) a la zona de volantes, Óscar Wendt (lateral) ocupando la línea medular, André Hahn (extremo) que también puede desenvolverse como centrocampsita o Patrick Herrmann, entre otros.

La pizarra de Schubert

La condición global que ha establecido Schubert se evidencia en el tanteador final de los goleadores. No solo participan los atacantes, sino que también lo hacen jugadores más retrasados. En el duelo de posiciones, los centrocampistas acumulan siete goles (Torgan Hazard suma tres, Lars Stindl dos, Fabian Johnson y André Hahn, uno), los delanteros dos (Raffael) y los defensas uno (Óscar Wendt).

Con respecto a las bandas, el entrenador del equipo alemán alterna en los volantes que utiliza por fuera. Siempre apela a un extremo reconvertido a volante-lateral como Ibrahima Traoré y apuesta por otro, Óscar Wendt. Entonces el que más se adelanta es el extremo. De igual forma, suele desempeñarse por los costados el estadounidense Fabian Johnson, adaptado a los dos perfiles. En el doble pivote se observa al eje Kramer-Dahoud, siendo este último el que realiza la salida en limpio y el internacional por Alemania a través de más distribución. Frecuentemente, y más en esta temporada, el Borussia Mönchengladbach utiliza un esquema táctico 1-3-4-1-2. Es un equipo que propone una presión alta, una defensa que se planta en el centro del campo, salida en limpio, centrales rápidos y dúctiles con el balón, volantes que pasan al ataque y cumplen con el repliegue defensivo, extremos que se cierran para permitir la salida de los laterales por la banda y centrocampistas que llegan a gol. Así intentó llevarlo a cabo ante el Manchester City en el estadio citizen, aunque los de Pep Guardiola por medio de una presión asfixiante y aprovechando las carencias de un pivote devenido a stopper izquierdo (Strobl), le quitaron el balón, cortaron los circuitos de juego y allí, el Mönchengladbach mostró una faceta deslucida a nivel de equipo.

De los tres atacantes o un mediapunta y dos delanteros, entre Lars Stindl y Raffael se encargan de retrasarse para funcionar de puentes para conectar con André Hahn. Siempre variando su posición inicial, los tres son más bien reconvertidos a esta posición, porque se caracterizan por empezar más atrás, atacar al espacio y llegar a gol. Por la rapidez de estos jugadores, el Borussia Mönchengladbach se caracteriza por ser un equipo adaptado a las transiciones rápidas y que de despliega muy bien a la contra. A ello suma el buen dominio de balón que tienen sus futbolistas, que alternan posesiones largas con ocasiones de juego directo.

Finalmente, ante el City utilizó un 1-4-2-4, con dos extremos por fuera y un doble nueve por dentro. Sin embargo, la mayoría de los esquemas a los que apela Schubert fueron con defensa de tres jugadores, poblando el centro del campo, abriendo la cancha y rompiendo por fuera, triangulando, tocando y desbordando. En esta función son vitales tanto los laterales-volantes como los extremos, tanto a la hora de coordinar sus movimientos para compaginarse como en el momento de realizar los relevos, donde aquí adquieren relevancia los centrocampistas defensivos.