Pocos partidos se pueden dar a día de hoy tan atractivos de cara al espectador como un Barcelona - Manchester City. Por la propuesta de fútbol que ofrecen unos y otros, por los entrenadores y los futbolistas que defienden a los respectivos equipos y por esos reencuentros que los caprichosos sorteos de competiciones como la Champions League fuerzan de cuando en cuando.

Son estos cruces entre viejos conocidos, como Guardiola y Luis Enrique en los banquillos, o el regreso del portero Claudio Bravo al que hace apenas dos meses fue su estadio, su casa, los que ofrecen un valor añadido a estos encuentros ya de por sí vibrantes. En cuanto a lo que la competición respecta, tanto Barcelona como City procurarían una victoria que les ayudase a avanzar en un torneo en la que cada paso en falso pasa una factura muchas veces difícil de superar. 

Ni los de Pep ni los de Lucho llegaban en un momento extraordinario de forma, lo cual no suponía tranquilidad alguna para el rival, dada la artillería con la que cuentan los unos y los otros. Tras redimirse con una goleada en casa sobre el Deportivo el pasado domingo, Luis Enrique volvía a disponer de su ‘once de gala’, tras recibir el alta médica Jordi Alba y Sergi Roberto. La sorpresa llegó cuando se supo que el de Reus no estaría ni siquiera en el banquillo, presumiblemente por no encontrarse todavía en condiciones de reaparecer.

De este modo, Mascherano ocupó el lateral derecho, mientras Alba recuperaba la titularidad en el izquierdo. Apenas ocho minutos estuvo el de L’Hospitalet sobre el césped, resentido de la lesión muscular que le había mantenido ausente. Umtiti era otra de las novedades en el once inicial de los locales, mientras que Guardiola sorprendía dejando a Agüero en el banquillo.

Los planteamientos tácticos se probaron efectivos especialmente en el primer período, o más bien hasta que el City se quedó con uno menos por la expulsión de Bravo, cuando se rompió el equilibrio reinante hasta entonces. La ventaja era mínima con un solitario gol de Messi, cuando el chileno abandonó el terreno de juego, pero no tardó ni dos minutos el argentino en añadir a la cuenta. El 10 del Barça brilló con luz propia: firmó un hat-trick y permitió a Neymar lanzar un penalti que él había provocado. Falló el brasileño en la pena máxima, pero se redimió poco después anotando el cuarto y definitivo, en una acción individual.

Primera mitad igualada

Muy pronto en el partido se le empezaron a presentar complicaciones a Luis Enrique.  Apenas corría el minuto 8 cuando volvía a tener que buscar apaños en defensa, pues la recaída de lesión de Jordi Alba desproveía al equipo de laterales naturales. Diagne relevó al internacional español, y los azulgranas aguantaron el tipo en un inicio bastante igualado, en el que fueron superiores en la posesión del esférico, pero no parecían cómodos.

Leo superó a Bravo en el uno contra uno para estrenar el luminoso

Hasta que apareció el que nunca falla, el que de todo se espera y aún así sorprende: Leo Messi. El argentino combinó con Iniesta, que cayó dentro del área cuando intentaba crear una asistencia, quedó la pelota muerta y Leo aprovechó el resbalón de Fernandinho, así como el despiste del resto de la defensa, para controlar ante su ex compañero de equipo Bravo, que no pudo detener el primer tanto  del partido, obra  del 10 del Barça.

Iniesta asistió a Messi en el primer gol del argentino | Foto: FCB
Iniesta asistió a Messi en el primer gol del argentino | Foto: FCB

Messi también estuvo envuelto en la siguiente acción de ataque de los azulgranas. El de Rosario recuperó el cuero, hizo un  dribbling y conectó con Neymar, en una acción ofensiva que culminó con un remate de Suárez, que estrelló la pelota en el lateral de la red. Messi había aprovechado la única oportunidad clara que había tenido el conjunto local en una primera mitad muy reñida.

Dominio in crescendo

Rakitic intentó ampliar el marcador, sin fortuna: el cabezazo del croata al saque de una falta de Messi se marchó por encima  del travesaño. El Barça comenzó a mostrarse superior al City, aunque Ter Stegen tuvo trabajo antes del descanso. De Bruyne puso a prueba al alemán con un centro al palo derecho, que rechazó el cancerbero. El portero volvió a estar atento en la siguiente llegada de los de Guardiola: Silva encaró a Piqué, el canario se fue del central, que se había quedado tocado en una entrada anterior del centrocampista, cedió el cuero a Nolito para el disparo  del ex barcelonista, y detuvo Ter Stegen, que rechazó de seguida una pelota envenenada de Gundogan.

Antes de marchar a vestuarios, Messi volvió a hacer de las suyas. El argentino cedió para Suárez, el uruguayo remató y estuvo a punto de hacer subir al marcador el segundo de los azulgranas, pero se estiró Bravo para despejar con los puños, a corner. Por parte del City se produjo un disparo desviado de De Bruyne, con lo que en el luminoso siguió imperando el 1-0.

Bravo vio tarjeta roja directa y dejó al City con 10

En la reanudación Umtiti estuvo a punto de sorprender al cabecear un corner, sin embargo el esférico marchó por encima de la portería defendida por Bravo, rozando el poste. El chileno provocó una de las acciones que pudieron decidir el desenlace del partido, al ser expulsado con roja directa por tocar la pelota con la mano fuera del área, para detener un remate de Suárez a portería. Esto dejaba al City con 10 con prácticamente toda la segunda mitad por jugar.

Messi, en racha goleadora

De una perdida de balón de De Bruyne surgió el segundo de los culés. Busquets aprovechó el error para recuperar el cuero, jugó con Iniesta, que puso un centro para el chut enroscado de Messi desde la frontal, en lo que significó el doblete del argentino. De Bruyne, uno de los más activos arriba para el City, quiso resarcirse del fallo cometido con un chut que bloqueó Ter Stegen, cuyo rechace despejó Mascherano a corner.

Leo, que firmó un hat-trick, suma seis dianas en dos partidos

En superioridad numérica, el Barça jugó a placer, o más bien al ritmo que marcaba un Messi en perfecto estado de gracia, un Leo que sonríe, que disfruta y hace disfrutar. El 10 del Barça recibió una asistencia de Suárez, que se adelantó a un contrario para llevarse un balón que regaló a su amigo, para que éste firmase su hat-trick particular. Y Leo no falló, él no. El ídolo del barcelonismo suma ya seis goles en dos partidos desde su regreso de lesión, y en uno de estos dos encuentros salió del banquillo. Messi todopoderoso, el Dios en el que cree con una fe ciega e inalterable el Camp Nou.

Ney persistió hasta obtener el premio del gol | Foto: FCB
Ney persistió hasta obtener el premio del gol | Foto: FCB

Los de Manchester apenas reaccionaron tras la expulsión de su portero, pero Kolarov lo intentó a balón parado, picando una falta que rechazó Ter Stegen. Tampoco dieron mucho más de sí los de Guardiola cuando el Barça se quedó con 10 por la expulsión de Mathieu, que había visto dos amarillas en cuestión de minutos.

Neymar buscó aportar su granito de arena en la victoria de su equipo, pero le tomó varios intentos el perforar la portería entonces defendida por Caballero. El disparo del carioca al recibir de Rakitic fue rechazado por el portero con las piernas, y a continuación erró desde los once metros, en el lanzamiento de un penalti cometido sobre Messi. El brasileño persistió y fue de esta manera que alcanzó su objetivo: el gol. Ney hizo el cuarto y definitivo al definir después de una buena acción individual.

El resultado final de goleada deja buen sabor de boca especialmente porque se consiguió sorteando todas las dificultades que le salió al paso al Barcelona, y por si fuera poco Messi está intratable y el rival era el que era. El conjunto azulgrana no sabe que son las peras en dulce en Champions, pero se gusta en las dificultades, se crece, a la vista está.