El idilio de Sergio Ramos con los goles decisivos en los prolegómenos de los choques es una de las relaciones más inexpugnables que existen hoy en día. Van unidos de la mano, formando un todo indisoluble. Azulgranas y blancos se alternaron el dominio durante gran parte del duelo. Hasta la entrada de Andrés Iniesta. Con él sobre el verde, los azulgranas mostraron una versión consistente, jugando con una comodidad encomiable. Sin embargo, la falta de precisión en los metros finales evitó que la sentencia llegara al electrónico, provocando que el partido se viera abocado a un final de infarto. Y ahí es donde apareció la testa del de Camas, que puso el 1-1 contra todo pronóstico, como también lo fue el tanto de Suárez que estrenaba el marcador, anotado cuando peor estaban los de Luis Enrique.

Fases de dominio alterno

Barcelonistas y madridistas se alternaron el dominio constantemente. En cualquier caso, no fue un partido brillante de ninguno de los dos conjuntos. La espectacularidad con la que suelen deleitarnos en este tipo de partidos brilló por su ausencia: ni Luis Enrique ni Zidane conseguían imponerse. Los blancos, eso sí, hicieron más méritos para adelantarse creando más situaciones de peligro que los locales, que tan solo dispararon en una ocasión durante los primeros 45 minutos.

El Barcelona intentaba ser protagonista con el balón, como suele ser habitual, pero Zidane ideó una presión exigente que impedía salir con comodidad desde atrás y mucho menos ejercer una posesión fluida que invitara a los blancos a correr detrás del balón. Ni Rakitic ni André, que le ganó la partida a Arda Turan o Denis Suárez como interior zurdo, anduvieron finos y la zona de paso que son los interiores desde la llegada de Luis Enrique no conseguía, en parte por el buen hacer de Kovacic e Isco. Messi, sin Iniesta finalmente en el once, tuvo que multiplicarse para encargarse de distribuir el juego en el centro del campo.

El gol e Iniesta como puntos de inflexión

Como decíamos, la alternancia de poderes fue la tendencia general del duelo. Por lo menos hasta el gol de Luis Suárez y la entrada de Andrés Iniesta. El centrocampista manchego transformó el condecorado con una clase magistral de templanza, precisión y fútbol. Con él sobre el verde, los de Luis Enrique encontraron la estabilidad necesaria para monopolizar por completo el ritmo del partido y maniatar a un Real Madrid que hizo un paso atrás. Zidane dio entrada a Casemiro para liberar al croata como interior de recorrido, pero no fue más que un disparo en su propio pie: el brasileño cometió errores de bulto y perdió la posición en varias situaciones.

Caída de Rakitic en salida

Uno de los detalles más significativos a nivel táctico en el bando azulgrana fue el posicionamiento de Rakitic en construcción desde atrás. El croata se dejó caer constantemente a banda como lateral para que fuera Sergi Roberto el que profundizara adelantando varios metros su posición y permitiendo a Leo Messi recibir en una posición más centrada para que este cogiera la batuta como director de orquestra. Luis Enrique ideó esta solución para intentar salvar la primera línea de presión de los de Zidane, que exigió en muchos casos a Ter Stegen a jugar en largo debido al marcaje hombre a hombre.

Rakitic, como lateral | Foto: livefootballvideo.net
Rakitic, como lateral | Foto: livefootballvideo.net

Un mediocentro llamado Luka Modric

Acompañado por Kovacic e Isco -interiores-, el croata se doctoró como mediocentro en un escenario tan trascendente como el Camp Nou. Su actuación rozó la perfección con un despliegue físico enorme: recuperó un sinfín de balones y distribuyó el juego de la forma en la que nos tiene acostumbrados estos últimos años. Sin Kroos, por lesión, ni Casemiro, en el banquillo, Zidane apostó por él en una posición que requiere mucho tanto a nivel físico como táctico y técnico y la fórmula salió victoriosa. Con la posterior entrada de Casemiro volvió a la que es teóricamente su posición natural y asistió en el tanto de Ramos con la precisión que tiene en su bota diestra.

Modric, situado como mediocentro | Foto: livefootballvideo.net
Modric, situado como mediocentro | Foto: livefootballvideo.net

El baile en los interiores

Partiendo de inicio Rakitic y André, Luis Enrique decidió que ninguno de los dos terminara el partido sobre el césped. Ambos encontraron dificultades evidentes para hacer su fútbol y en ningún momento dieron la sensación de estar cómodos. Arda Turan e Iniesta entraron a lo largo del segundo tiempo.

4-4-2 para cerrar el partido

Cuando el partido agonizaba, Luis Enrique decidió dar entrada a Denis Suárez para reforzar el centro del campo y organizar a los suyos en un 4-4-2 con Suárez y Messi totalmente descolgados arriba. Sin embargo, una innecesaria infracción de Arda Turan terminó desencadenando en el tanto de Ramos. 

El 4-4-2 del FC Barcelona en los últimos minutos | Foto: livefootballvideo.net
El 4-4-2 del FC Barcelona en los últimos minutos | Foto: livefootballvideo.net