Había ido todo tan deprisa que a cualquier otro futbolista podría haberle dado vértigo. Pero a él no. Munir pasó de jugar en el Juvenil A del Barcelona a verse celebrando el doblete desde el bus en la rua de campeones del primer equipo. De permanecer indeciso ante qué selección nacional escoger, hasta debutar con la selección absoluta, con la Roja. Su carácter tímido fue moldeándose, ya no le daba impresión hablar ante los medios, se mostraba natural en público, bromeando con sus compañeros, en ese sentido Munir también dejó de ser el de antes.

Lo más relevante, adaptarse al equipo en la categoría máxima, ofrecerse como opción de recambio para el que muchos califican el mejor tridente del fútbol mundial, eso ya le costó algo más. Le apuraron a crecer a marchas forzadas, pero no tuvieron la paciencia necesaria ni se le dio la oportunidad que merecía por su progresión desde que llegase al Juvenil B procedente del Majadahonda.

Lo que ofrecía el canterano al primer equipo no bastaba, y esa falta de confianza le hizo partir rumbo a Valencia después de realizar una decente pretemporada con la azulgrana, mientras Alcácer llegaba como el gran goleador que necesita el club para permanecer a la sombra de la MSN. Las ironías del destino han querido que Munir consiga anotar un mayor número de dianas durante su aún corta estancia en un Valencia en horas bajas, mientras que el de Torrent solo ha visto puerta con la camiseta del Barcelona en dos ocasiones, ya en pleno mes de diciembre: ante el Al-Ahli Saudi FC en un amistoso, en el que se estrenó, y en la goleada sobre el Hércules en Copa del Rey, último partido de 2016.

A las puertas de un sueño

Antes de marchar, Munir dejó aquella duda en el entorno culé, ¿por qué no podía ser él el cuarto delantero?, se preguntaron muchos ante las productivas últimas apariciones del extremo izquierdo como barcelonista. Sus goles al Celtic (1) y al Leicester (2) en la International Champions Cup, así como el tanto que dio la tranquilidad en la victoria por 0-2 sobre el Sevilla en la Supercopa, hicieron que muchos cuestionasen la decisión del club de prescindir del futbolista.

Munir, celebrando el que sería su último gol como barcelonista | Foto: Juan Ignacio Lechuga - VAVEL
Munir, celebrando el que sería su último gol como barcelonista | Foto: Juan Ignacio Lechuga - VAVEL

Su actuación en el Sánchez Pizjuán sirvió para demostrar de lo que era capaz. Munir fue suplente, sustituyó a Arda en el 76 y vio puerta en el 81, pero no bastó. Ésta sería su antepenúltima vez con el Barcelona, pues apenas días después fue titular y disputó todo el partido de vuelta de Supercopa en el Camp Nou, para el 20 de agosto jugar sus últimos veinte minutos como azulgrana, en el estreno liguero del equipo en la Liga 2016/2017 ante el Betis.

Munir ha salido más rentable al Valencia que Alcácer al Barcelona

En toda la competición regular 2015/2016 el delantero de origen marroquí sumó 825 minutos, disputó quince encuentros, ocho de ellos como titular y anotó tres dianas. Estos tres tantos de Munir con el primer equipo en Liga llegaron todos en 2016: el primero se lo hizo al Málaga en enero, el segundo al Eibar en Marzo y el tercero al Getafe en el mismo mes.

El canterano no participó en Champions en el año que acaba, sin embargo logró ser uno de los destacados del equipo que entrena Luis Enrique en Copa del Rey, aprovechando los minutos de los que dispuso. Munir firmó en 2016 tres de los cinco goles que materializó en esta competición: firmó un doblete al Espanyol y abrió el marcador ante el Athletic.

Llegado el parón navideño, el canterano del FC Barcelona totaliza 559 minutos y dos dianas en Liga, así como 145 minutos y un tanto en Copa del Rey con el Valencia. Por el momento su incorporación le ha salido más rentable al conjunto che que la de Alcácer al club catalán. Y Munir sigue mirando hacia arriba, tiene talento para regalar.