En tres temporadas con Luis Enrique al frente del equipo, el último encuentro entre la Real Sociedad y el Barça es claro candidato a ser considerado como uno de los peores del conjunto culé. La Real sacó a relucir todos los problemas que el Barcelona está teniendo esta temporada. Le sacó todo el jugo a la maldición de Anoeta y pese a ello, una jugada entre dos genios como Neymar y Messi consiguieron arrancar un punto de las garras del estadio maldito. Un mero vendaje que no tapaba una herida a la que le saltó todos los puntos de sutura. La Real bailó a los azulgranas.

¿El peor partido de la era Luis Enrique?

Dicen los sabios que no debes tropezar con la misma piedra dos veces. Alguien le debería recordar este dicho a los azulgranas para el encuentro de este jueves. Primero de todo porque ya van 9 lo años en los que el Barcelona no consigue sacar una victoria y segundo porque si el Barça juega como la última vez que visitó San Sebastián pueden salir con la eliminatoria cuesta arriba.

El Barça mostró su peor cara. Realizó menos pases que la Real, remató menos que ellos y un dato que duele, la posesión fue para el conjunto de casa ya que sólo obtuvo un 48%. Un dato demoledor teniendo en cuenta el estilo futbolístico implantado por Guardiola en su época y variado pero siguiendo la misma línea con los entrenadores precedentes, también con Luis Enrique.

Foto: reuters
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No sólo eso, uno de los problemas más grandes que tuvieron los azulgranas fue la inexistencia de los jugadores del centro del campo, sumado a un porcentaje de acierto en el pase que no llegaba al 80% por primera vez en toda la temporada (77%). Tal fue el problema en la sala de máquinas de los culés, ocupada por André y Rakitic, que el entrenador asturiano movió ficha en el descanso sentando al croata para dejar su lugar a Denis Suárez. El gallego mejoró la versión de los dos interiores, pero no lo suficiente.

Un primer tiempo para olvidar

La Real le pasó la mano por la cara a los azulgranas sobretodo en el primer tiempo, que recordó en muchos aspectos al del Sánchez Pizjuán, donde el Sevilla se adelantó en el marcador y en el que apareció Messi para igualar la contienda a pocos instantes del descanso. Quizás fue esa una de las diferencias entre el partido del Sevilla y Anoeta, la inspiración de Leo, al que se le echó de menos, al igual que a Suárez y Neymar, que no tocaron balón en prácticamente todo el partido.

Sin los balones del mediocentro culé, la MSN desapareció

A la Real sólo le faltó gol, acierto de cara a puerta. Ni Vela ni Xabi Prieto acertaron en sus remates y el resultado era de 0-0 a la media parte. La Real asfixiaba pero no culminaba la faena. El Barça mejoró ligeramente en la segunda, aunque fue la Real quien puso el primer gol del encuentro.

Un pase de de Rulli desde su propia área es bajado sin casi oposición de Sergi Roberto, por Zurutuza que se convierte en una excelente asistencia que pasa entre Piqué y Mascherano  para Vela, que no define bien en un remate que rechaza Ter Stegen pero que el rebote sirve para que Willian José remate de cabeza un balón que Piqué llega a tocar pero no a sacar de dentro de las mallas. Un cuadro perfecto del desconcierto defensivo de los azulgranas en Anoeta. Cuando menos dominaba el equipo de Eusebio conseguía lo que se merecía tras la primera parte.

Foto: EFE
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Messi, Neymar y un premio inmerecido

Eso sí, es lo que tiene tener jugadores de talla Mundial, marcan la diferencia en un momento de luz, quizás el único que tuvo la delantera azulgrana en aquella noche. Una buena internada de Neymar por banda izquierda con un cambio de ritmo al alcance de pocos permitió al brasileño poner un pase atrás para Leo Messi que necesitó un control y unas décimas de inspiración para poner el balón directo al fondo de las mallas, imparable para Rulli.

Sin hacer nada, los azulgranas empataban el partido. El último chispazo de luz que se les vio antes de volver a la sombra en la que estaban instaurados.

Foto: Reuters
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Lejos de estar cerca del segundo, la Real volvió a despertar pero se topó con la madera, primero el travesaño y posteriormente el palo derecho de la portería de Ter Stegen. Las dos ocasiones las tuvo Vela. De hecho, la primera acaba en un gol legal, mal anulado por fuera de juego de Juanmi, quien coge el rebote del travesaño para mandar a portería vacía, la pelota al fondo de las mallas. Demasiado premio para los culés.

Con maldición o sin, el Barça afronta este jueves el reto de obtener un buen resultado para el partido de vuelta, eso sí, si juega como en el último precedente, esto no va a pasar.